Mucho potencial
El consumo de calabaza crece a un ritmo de dos dígitos anualmente, entre el 10-15%, según datos de Love Klabaza, iniciativa de la que forma parte Surinver junto a otros operadores del sector en España y Portugal. Precisamente por ello, desde la cooperativa confían en su potencial y, es más, afirman que “tiene mucho recorrido”. Aun así, son conscientes de las “barreras” que, de momento, siguen poniendo cierto freno a su consumo: por un lado, su estacionalidad y, por otro, el hecho de que los consumidores la consideren un producto solo apto para “recetas tradicionales”.
Su estrategia
Para romper estas barreras, los agricultores de Surinver han apostado por la calabaza tipo cacahuete, disponible los 12 meses del año y, además, muy versátil en la cocina. Asimismo, en la cooperativa, y más allá de su producción en fresco, han dado un paso adelante con la creación de sus Postres Surinver, una nueva gama de postres de calabaza con frutas merecedora este año del Innovation Hub Award en la categoría de Fresh Produce que otorga Fruit Attraction. Y es que, buena parte del crecimiento en el consumo actual de calabaza viene dado, precisamente, por los productos de IV y V gama.
Tanto es así que los Postres Surinver han sido muy bien acogidos por la distribución y, de hecho, desde la cooperativa prevén que lleguen a los lineales antes de que finalice este 2022. De momento, cuentan con tres referencias (calabaza con frutos del bosque y naranja, solo con naranja y con manzana y limón), pero “ya estamos trabajando en su ampliación con la incorporación de nuevas combinaciones”.
«Sus agricultores apuestan por la calabaza cacahuete, disponible los 12 meses del año»
Más comunicación
El siguiente paso para convertir la calabaza en un must de la cesta de la compra es destinar esfuerzos y recursos a la comunicación, y ese es, precisamente, uno de los objetivos de Love Klabaza: “Provocar un cambio de posicionamiento en la mente del consumidor”. Para ello, llevan a cabo acciones para dar a conocer la calabaza cacahuete, así como sus posibilidades culinarias durante las cuatro estaciones del año.
La calabaza del futuro:
• Variedades con unas menores necesidades hídricas.
• Más homogéneas en forma, peso y calibre.
• Adaptadas a distintos formatos y confecciones para reducir mermas y facilitar el proceso de selección y manipulado.
• Se desarrollarán tipos específicos para cada uso culinario.