“El Gobierno ha hecho una planificación hidrológica meramente política”. Así de tajante se ha mostrado Lucas Jiménez, presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), en declaraciones a la revista MERCADOS apenas dos días después de que el Ejecutivo aprobase la planificación hidrológica de las 12 cuencas de los ríos que son de su competencia, entre ellos el Tajo, que por primera vez contará con un caudal ecológico.
Para Jiménez no cabe duda. “El Plan de Cuenca del Segura, firmado por el presidente de la Confederación, dice que los caudales ecológicos implementados en el Plan del Tajo suponen un recorte inasumible para la cuenca del Segura”. Y habla, incluso, de consecuencias: 10.000 hectáreas de cultivo en riesgo, la pérdida de más de 5.000 empleos, además de un importante daño medioambiental. “Los pocos sumideros de CO2 que hay en la zona están en los cultivos”, lamenta.
Pero Jiménez no se queda ahí, y critica que, durante los encuentros con los regantes del Tajo, el Gobierno accedió a rebajas de los caudales ecológicos del río “en todos los tramos, incluso aguas abajo del río Jarama, que es el tramo más contaminado”; sin embargo, aguas arriba, donde se encuentran los embalses que nutren el trasvase, “se han mantenido como están”.
Por todo ello, el presidente del SCRATS no lo duda: “Hay una intencionalidad clara por parte del Gobierno de alterar el futuro del trasvase por una cuestión meramente ideológica”. Y es que, como recuerda, el propio Consejo de Estado, que la semana pasada dio luz verde a la planificación hidrológica, advirtió de la necesidad de “arbitrar un mecanismo eficaz para la coordinación de los planes hidrológicos de las cuencas del Tajo y del Segura, entre sí y en relación con la normativa reguladora del trasvase”. Algo que, a todas luces, no ha ocurrido.
Preguntado por las alternativas de desalación propuestas por el Ejecutivo, es más tajante aún: “Actualmente, se está utilizando el 90% del agua que ya se desala y, para 2027, se van a generar 38 hectómetros cúbicos para regadío”. Con el déficit que generará el trasvase -hasta 110 hectómetros-, el que ya adolecía la propia cuenca y los recortes previstos por la Unión Europea (UE) fruto de la sobrexplotación de recursos, el déficit de la cuenta será de 390 hm3. “Y solo tenemos la promesa de ampliar 38”, critica Jiménez, quien insiste en que “nos han hecho una herida brutal y la ministra RiBera nos trae una tirita”.
A falta aún de la publicación del texto final del Real Decreto, en el SCRATS ya están manos a la obra: “Estamos trabajando en un recurso contencioso administrativo”. Asimismo, en los próximos meses, “nos dedicaremos a explicar en las distintas asambleas de las comunidades de regantes las consecuencias del recorte para que la gente sepa cuál es la realidad”.