Con el fin de evitar los graves daños que el virus Nueva Delhi provocó al final de la recolección del melón de 2015 en la provincia, los servicios técnicos de la Consejería de Agricultura están revisando y controlando estos las plantas de los viveros de cara al inicio de la actual campaña.
Teresa Ruiz, técnica del Departamento de Sanidad Vegetal, explica que desde este área realizan labores de control de las virosis de diferentes hortícolas, como en el caso del melón, cultivo en el que se aumentaron las inspecciones tras la aparición en 2013 del Nueva Delhi como plaga de cuarentena en España, al detectarse los primeros casos en Murcia y Almería.
A Castilla-La Mancha llegó el primer positivo, confirmado por un laboratorio, a finales de agosto de 2015 en una plantación tardía de Membrilla, fecha en la que el germen se propagó por otros melonares y tuvo una negativa incidencia en la provincia, en la que causó grandes pérdidas.
Desde entonces, los productores han mostrado su preocupación y hace un año anunciaron el inicio de líneas de investigación entre laboratorios de las casas comerciales y la Administración, para asegurar una genética resistente en esta fruta que haga frente al virus.
En 2016, no tuvo apenas incidencia, dado que los agricultores siguieron las indicaciones de los técnicos a través de los boletines informativos. Estos avisos recogían indicaciones de normas de higiene y para soterrar los restos de cosecha, con el fin de que no sirvieran de reservorio para la mosca blanca que es la que transmite el virus en sus jugos celulares cuando pica una planta sana.
Ruiz explica que los efectos en las hojas enfermas son el moteado de manchas amarillentas y su abarquillamiento, y en el fruto se producen rajaduras, manchas superficiales en la piel, deshidratación de la pulpa, deformación y un deficiente crecimiento.
Así, con las revisiones exhaustivas de la planta entre mayo y junio de los técnicos de Agricultura, que en menor medida realizan en campo por las dificultades de estar al aire libre, controlan “que la planta en origen -plántula- no esté afectada”, además de aconsejar otras acciones como los tratamientos preventivos contra la presencia de la mosca blanca. En este caso, plantean controles biológicos del insecto, incluso hay particulares que sueltan ácaros (avispillas) que comen a la mosca y la parasitan.
En los melonares, los expertos recomiendan la eliminación total de las plantas y malas hierbas, y la vigilancia de las parcelas vecinas para evitar la propagación del virus.
Experimentación
Por su parte, la Interprofesional de Melón y Sandía de Castilla-La Mancha, que trabaja en la llamada Extensión de Norma, también tiene previsto impulsar proyectos de investigación y experimentación para el control de virus como el de Nueva Delhi en melón.
De hecho, ya han perfilado un plan a tres años para el mejoramiento genético del melón y hacerlo resistente a este nuevo virus y a otros.
Fuente: Lanza