Tras años de negociaciones y con sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) incluida, a los productores españoles no les queda más que recurrir a la vulneración de los derechos de los consumidores para poner ciertos límites al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, después de que el Europarlamento diera luz ver a la inclusión del Sáhara Occidental.
Ya en 2016, el TJUE declaró nulo de pleno derecho este acuerdo por incluir los territorios saharauis, que consideró “distintos y separados” de Marruecos. Desde entonces, la UE y el país norteafricano han renegociado un pacto “de forma chapucera”, según Andrés Góngora, responsable de Frutas y Hortalizas de COAG. En esta línea, explica que no se han acordado nuevos contingentes, simplemente “se ha vestido de legalidad algo que no la tiene”.
Llegados a este punto, Góngora avanza que su organización está valorando la posibilidad de “iniciar acciones legales contra este acuerdo porque creemos que vulnera los derechos de los consumidores”. La legislación europea es clara en este punto: las frutas y hortalizas frescas solo podrán comercializarse si en ellas figura la indicación del país de origen. Sin embargo, “Marruecos siempre se ha negado a identificar los productos procedentes del Sáhara Occidental y, de hecho, lo etiqueta todo con el origen marroquí”, explica.
Perjuicio para las producciones españolas
Para COAG, la inclusión de los territorios saharauis en el acuerdo de libre comercio perjudica claramente los intereses de los productores hortofrutícolas, ya que se aumentarán los volúmenes importados desde Marruecos, que coinciden de pleno en calendarios y mercados con las producciones españolas. En cualquier caso, Góngora lamenta que, aunque “vestida ahora de legalidad”, lo cierto es que hace años que este país introduce en la UE producto procedente del Sáhara.