La planta que Verdifresh posee en Antequera, una de las siete que el Grupo Alimentario Citrus tiene entre España y Europa, emplea ya a 240 personas que se dedican a la producción de productos de IV Gama listos para consumir, como las ensaladas preparadas o las bolsas de varios tipos de vegetales, hasta un total de 35 referencias. Una plantilla que se ha duplicado desde que empezó a funcionar, dado el incremento de la demanda que están teniendo, tras un crecimiento sostenido de las ventas.
Un producto fresco procedente del campo y que en menos de 48 horas está preparado para ser distribuido desde el bloque logístico de Mercadona en Antequera, en este caso, hasta las tiendas que la firma posee en Andalucía, Ceuta y zonas de Extremadura y Castilla la Mancha, con lo que se consigue entregar un producto fresco y con mayor margen para su consumo acortando al máximo el tiempo que las ensaladas o preparados de vegetales permanecen en ruta. Y es que esta planta se dedica en exclusiva a atender la demanda de la cadena de supermercados, que es uno de sus clientes destacados.
Los preparados frescos tienen en las sugerencias de los clientes y sus opiniones uno de sus grandes valores, ya que estas referencias se encuentran en un continuado proceso de evolución que es posible gracias a la información que suministra a diario la firma y el análisis que se realiza por parte de los técnicos de este especialista en vegetales para ofrecer un producto adaptado a esas demandas y gustos; todo ello con la calidad como principal objetivo, según explica Francisco Carrillo, director de la fábrica.
Además, el propio equipo de innovación de Verdifresh también comparte su propia información para la confección de nuevos productos, hasta el punto de tener 50 nuevas opciones listas para salir al mercado en el momento que sean solicitadas, lo que también conlleva un proceso previo como la realización de catas a ciegas.
Y es que nada queda al azar, ya que hasta los envases de plástico han sido adaptados para atender a la mayor concienciación del cliente y sus peticiones para reducir la presencia del mismo, hasta el punto de que entre el 75 y 90% del plástico de sus envases es reciclado.
Aparte de los beneficios que conlleva para la propia Antequera la presencia de esta planta en forma de empleo directo, también se extiende sobre la provincia, ya que la empresa tiene como proveedores para la composición de sus preparados de ensaladas a firmas de la zona, como pueden ser Ubago, Cadelmar o Dcoop o Hortopalma; lo que hace que tenga una mayor repercusión económica sobre el territorio de forma indirecta. Además, la ubicación de la planta, junto al bloque logístico de Mercadona, y la utilización de proveedores locales también contribuye a reducir al máximo el tiempo de elaboración.
En esta planta se elaboran alrededor de 800.000 unidades de diferentes preparados a la semana, para lo que el trabajo se inicia cada día a las 6:00, cuando llegan a sus instalaciones los camiones refrigerados con los productos que esa misma noche han sido recolectados en las fincas de plantación. En ese justo momento se inicia el proceso de transformación. Este volumen de trabajo hace que desde sus dependencias salgan al año entre 42 y 45 millones de unidades listas para ser consumidas.
En la misma planta también se elaboran los topping que se incluyen para complementar las ensaladas, que también salen listas para consumir, siendo la única planta del grupo que los elabora y los distribuye para el resto del Grupo Alimentario Citrus.
Para la elaboración de las diferentes referencias, en una primera fase se somete a los vegetales al saneamiento de los mismos para evitar que las partes que puedan venir dañadas desde el campo lleguen al consumidor. Para ello se eliminan las zonas menos agradables de comer y los pequeños insectos que puedan contener, para lo que las verduras son sometidas a un intenso lavado en una zona especial.
Las expertas manos de los trabajadores en cadena hacen una primera intervención directa con un saneado manual a cuchillo y un corte para comprobar el estado adecuado en el interior del vegetar al envasar. Tras ello los productos pasan por una cinta en la que el proceso de vibración elimina cualquier resto de tierra de un mayor tamaño que puede proceder del campo.
A ello se une un sistema de seguridad que dispara 2.000 fotografías por segundo que detecta cualquier tipo de elemento que no deba llegar hasta el producto final. Una máquina de visión artificial que detecta hasta una pequeña piedra que pudiese quedar tras el proceso. Una medida de seguridad tecnológica que se une al propio trabajo de los operarios.
Todo ello junto a una temperatura controlada de entre 4 y 5 grados durante todo el proceso para que estos alimentos frescos conserven sus características y así poder prolongar su vida sin ningún tipo de producto añadido. Incluso el agua que se utiliza para el lavado también es agua fría a la misma temperatura.
Precisamente, sobre este aspecto, Francisco Carrillo explica que buena parte los productos simplemente son embolsados, al igual que las ensaladas terminadas listas para consumir lo único que reciben es nitrógeno para desplazar el oxígeno y así poder retrasar el proceso natural de deterioro de este producto. “No llevan nada, es todo natural para conservar la máxima calidad, que es lo que nos pide nuestro cliente”, señala Carrillo.
Una cadena de frío que se mantiene durante el breve traslado de pocos metros que existe entre la planta y el bloque logístico de Antequera, la misma cadena que se mantiene desde allí hasta las diferentes tiendas. Eso sí, antes de poder llegar a los camiones de carga el equipo de control de calidad debe dar su visto bueno para que pueden salir camino de las plataformas de distribución y desde allí hasta las tiendas.
Estas elaboraciones frescas realizadas en Antequera no solo se quedan en la comunidad y zonas del sur de España, ya que hay seis referencias de ensaladas que desde este punto, gracias a la cadena de distribución especial, es posible llevarlas a otros bloques logísticos de distribución dentro de los plazos de consumo que tiene este producto fresco.
Para ello, además de las 240 personas que trabajan de forma directa en la planta, cuentan con unos 6.000 metros cuadrados en los que se distribuyen los diferentes espacios de descarga y manipulación del producto; en ellos se incluye la zona de elaboración y envasado, dotada con máxima seguridad y en la que el personal está equipado con ropa especial para la seguridad alimentaria.
Fuente: Málaga Hoy