El aumento de la necesidad de abastecimiento a nivel mundial representa una gran oportunidad actual y futura para los productores de frutas y hortalizas de España. Esta creciente demanda de alimentos, que va en línea con el aumento de la población, también hace esperar un incremento de los precios de los productos agrícolas.
Ejemplo de ello es que los mercados emergentes de Oriente Medio y los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) supondrán en 2050 el 30% de la población mundial, y serán un factor importante en el cambio y aumento de la demanda a favor de los productores europeos. El Foro Económico Mundial calcula que, actualmente, hay 2 billones de asiáticos de clase media, un número que se espera que crezca a 3,5 billones para 2050.
Pero la definición de clase media difiere de un país a otro. Los consumidores de la ASEAN tienen menos ingresos disponibles que sus homólogos europeos o de Oriente Medio y, por tanto, los precios que se pueden obtener, los requisitos de calidad y de los productos varían.
Sin embargo, dentro de los mercados asiáticos en desarrollo, el grupo demográfico más importante son los jóvenes. A diferencia de los países occidentales, el creciente mercado adinerado en Asia está compuesto por consumidores mayores de 25 años, un target que se adapta mejor a los cambios, también en hábitos alimentarios.
De este modo, el control del mercado actual por parte de las cadenas de supermercados del norte de Europa en algunos países (y la contención de precios resultante) se enfrentará a los grupos de supermercados en desarrollo del Medio y Lejano Oriente.
Cuáles serán las demandas
Para los mercados emergentes de la ASEAN, el consumo de bienes y servicios tiene más que ver con mejorar la propia identidad y el estatus social que con la satisfacción material. Así, los alimentos representan un nivel social, como ocurre en los mercados desarrollados de Europa Occidental.
Por ello, cambiar los hábitos alimentarios no es tan difícil como podría parecer. Los alimentos tradicionales orientales mantendrán su lugar en estos mercados, pero, como hemos visto en Europa, la oferta de novedades o productos nuevos genera una demanda aspiracional. Como ejemplos, podemos mencionar la aceptación mundial de la patata, que en un tiempo fue desconocida fuera de América del Sur, o de manera más relevante, el reciente crecimiento del mercado de col rizada.
«Los países asiáticos se desarrollarán con fuerza en los próximos 5 años»
Además, en zonas como Dubai y Arabia Saudí, la hostelería está cada vez más desarrollada, gracias al gran volumen de turismo, por lo que la introducción de productos occidentales en este canal promueve su difusión entre los consumidores locales.
Poca capacidad de auto-abastecimiento
Muchos países del ASEAN se enfrentan a desafíos como el clima extremo y la falta de tierra disponible, factores que solo pueden resolverse mediante una gran inversión en la construcción de invernaderos, además de sistemas hidropónicos para combatir la escasez de agua existente. Pero la inversión requerida no está al alcance de la gran mayoría de los productores del mundo.
Qatar, por ejemplo, debido a su clima, tiene solo una temporada de cultivo de 2 a 3 meses, por lo que está comprando tierras agrícolas en países en vías de desarrollo (principalmente de África) para satisfacer las necesidades futuras de su población.
Singapur, que carece de tierra, ha lanzado una iniciativa importante, “30/30”, con el objetivo de lograr un 30% de autosuficiencia para el año 2030. El 70% restante, ha aceptado que seguirá siendo importado.
Ambos ejemplos son mercados pequeños, concentrados en áreas urbanas, cuyos habitantes tienen un elevado poder adquisitivo.
Oportunidad de futuro
Los mercados asiáticos se desarrollarán con fuerza, como ya han comenzado a hacerlo, en el transcurso de los próximos cinco años. Es el momento para que las entidades de productos frescos creen las relaciones en estos países, que les serán de gran utilidad a largo plazo.
A nivel de logística, muchos de los mercados analizados cuentan con productos de Nueva Zelanda y Australia, por lo que las importaciones a los países asiáticos tendrían el mismo tiempo de viaje desde Europa, ya que representa la misma distancia. Además, puede que resulte difícil exportar a algunos mercados europeos a corto plazo, como a Reino Unido, que actualmente invierte casi 1.500 millones de euros al año en productos frescos de España y que ya está registrando problemas de logística y documentación en Francia.
El desarrollo del ASEAN para los productores europeos es un proyecto a relativamente largo plazo; sin embargo, es el momento adecuado para establecer una presencia con el fin de consolidarnos a medida que estos mercados crezcan exponencialmente en el transcurso de los próximos años.
Hacer frente al desafío de alimentar al mundo requerirá tres cambios importantes: aumento del comercio mundial; producción más eficiente y variada; y un cambio de dieta. La industria española de productos frescos, altamente desarrollada y profesional, está bien equipada para invertir en los nuevos mercados que, con el tiempo, eclipsarán a los europeos.