El consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, ha celebrado la sentencia favorable a dos empresas hortofrutícolas andaluzas acusadas «injustamente» en 2011 como origen del brote de la bacteria E-coli en pepinos, ya que supone el «cierre de la peor crisis que ha vivido el sector español».
La justicia alemana ha dado la razón seis años después a dos empresas de productos ecológicos, la almeriense Hortícola Costa de Almería y la malagueña Frunet Bio, que, tras demostrarse que los pepinos que comercializan no habían sido los portadores de la E-coli, que causó la muerte de 56 personas en Alemania, se querellaron contra el Gobierno de Hamburgo por los perjuicios que les causaron.
Según ha informado la Consejería en un comunicado, Sánchez Haro ha felicitado por carta a las dos empresas hortofrutícolas andaluzas, a las que el Gobierno de Hamburgo deberá indemnizar por los daños causados al haberlas involucrado en la intoxicación.
Para el representante del Gobierno andaluz, la decisión del tribunal alemán supone, «más allá de la indemnización, un reconocimiento y una satisfacción, ya que se trató de una acusación infundada e injusta», como demuestra la sentencia.
«De esta forma, no sólo se limpia el buen nombre de estas dos empresas, sino de todo el sector productor andaluz», ha celebrado el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural.
Según Sánchez de Haro, esta sentencia supone el «cierre de la peor crisis que ha vivido el sector hortícola español, que provocó fuertes pérdidas».
En este sentido, ha recordado que el efecto de la crisis de la E.coli provocó una caída en las exportaciones andaluzas de frutas y hortalizas a Alemania, especialmente durante junio y julio de 2011, cuando alcanzaron valores de un 15 % y un 31 % menores que los respectivos meses de 2010.
Además, la alarma generada obligó a la Unión Europea a movilizar más de 200 millones en ayudas para los productores europeos, que se destinaron a la retirada de productos y a actuaciones de promoción.
Por su parte, la Consejería de Agricultura realizó más de 2.000 controles sobre el terreno y abonó 33 millones en compensaciones a los agricultores andaluces, ha apuntado.
No obstante, el titular andaluz de Agricultura ha recalcado que esta situación sirvió para demostrar el buen funcionamiento del sistema de trazabilidad en Andalucía, ya que en menos de 24 horas se habían localizado los productores de los pepinos sospechosos y se habían tomado muestras para analizar en el laboratorio agroalimentario granadino de Atarfe.
Después, en el laboratorio de referencia de Santiago de Compostela, se confirmó que las muestras no tenían la cepa de E-coli que había desatado la alarma.