“Existe un problema de salud real en la población y uno de los principales factores para revertir estas tasas de sobrepeso y obesidad es aprender a comer bien”, explica María Hernández-Alcalá de FUTURLIFE 21. “La prevalencia de la obesidad en España es del 21,6 %, con un 25% de sobrepeso y 15% de obesidad en niños. Dos de cada diez niños tienen sobrepeso y uno obesidad”, afirma. Una situación que lleva aparejados importantes riesgos para la salud. “Las enfermedades no transmisibles son las responsables del 98% de las causas de muerte en nuestro país. Enfermedades que están relacionadas con los hábitos de vida; y comer bien es uno de los más importantes”, añade María Hernández-Alcalá.
La relación directa entre la alimentación y el desarrollo de enfermedades no transmisibles es un hecho hoy en día, como por ejemplo el desarrollo de problemas cardiovasculares. La sociedad cree que el principal problema de comer mal es el aumento de peso, pero esto es solo lo superficial, y hay que ser conscientes del resto de problemas que pueden derivar de una mala alimentación. Una persona con un peso medio también puede ser víctima de estas enfermedades. Lo importante no es el peso, sino lo que comemos, ya que cada día está más relacionado con los problemas de salud que estamos desarrollando.
Desde 1975 a 2016 el aumento de la obesidad a nivel global entre los niños y niñas se ha multiplicado por 10, según recoge el estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado por The Lancet.
A pesar de estas cifras el consumo de fruta y verdura por persona y día en nuestro país continúa estando muy por debajo de las recomendaciones de la OMS que se sitúa en 400 gramos para llevar una alimentación saludable y prevenir enfermedades cardiovasculares. De media en nuestro país consumimos al día tan solo 269 gramos, un 40,4% menos que en 1964, según los datos de informe de la Fundación Española de Nutrición sobre la situación de las Frutas y las Hortalizas.
“Hay una necesidad creciente de incentivar el consumo de frutas y verduras, y por consiguiente una alimentación saludable. Es esencial transmitir a la población que es su salud y su calidad de vida lo que está en juego, y que se puede disfrutar comiendo bien”, explican desde FUTURLIFE 21.
La falta de tiempo y el ritmo de vida que llevamos en la actualidad han afectado a nuestra forma de alimentarnos. Álvaro Aguilar, secretario General de ASEVEC, destaca que “las verduras congeladas son uno de los productos clave a la hora de preparar platos saludables y equilibrados. Además, permite cocinarlas preservando todas sus propiedades nutricionales, lo que hoy en día es un verdadero lujo”.
Con el objetivo de romper con algunos mitos que todavía existen sobre las verduras ultracongeladas y favorecer el incremento de los vegetales en la alimentación, ASEVEC ha elaborado un decálogo con los 8 mitos y realidades sobre las verduras congeladas.
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MITO |
REALIDAD |
| Las verduras congeladas NO son tan sanas como las frescas | Las frutas y verduras congeladas se recogen en su punto máximo de maduración, y en menos de tres horas son recogidas en el campo, llevadas a fábrica, lavadas, envasadas y ultracongeladas. De hecho muchos estudios demuestran que no hay prácticamente diferencia de vitaminas entre las verduras frescas y las ultracongeladas.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0889157517300418 |
| Las verduras congeladas tienen aditivos, conservantes… | Las verduras ultracongeladas que podemos encontrar en el mercado están libres de conservantes y aditivos ya que el frío es su método natural de conservación. |
| Cocinarlas lleva tiempo y es complicado | Las verduras congeladas es un recurso práctico y fácil para mantener una alimentación saludable. Están siempre disponibles y en muchas ocasiones no es necesario descongelarlas antes de cocinar. |
| No consumo la cantidad de verdura que viene en cada bolsa, tendría que tirar | En 2018 el desperdicio de comida y bebida en España fue de 1.339 millones de kg/l., lo que supone un incremento del 8,9% con respecto al año anterior. Las frutas y las hortalizas se encuentran en los primeros puestos de los productos que más se desperdiciaron el año pasado sin utilizar; en concreto estos productos representaron el 46% del volumen de productos sin utilizar.
Las verduras congeladas nos permiten consumir la cantidad deseada y conservar el resto en el congelador, ayudando así a reducir el desperdicio de alimentos. Fuente: Estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares españoles desperdiciaron entre enero y diciembre de 2018. |
| La verdura congelada no caduca | La ultracongelación aumenta considerablemente el periodo de caducidad de un alimento, sin embargo, también tienen fecha de caducidad que siempre debe indicarse en el embalaje. Su tiempo medio de conservación son 24 meses. |
| No sé descongelar las verduras | En muchas ocasiones, no es necesario descongelar las verduras para cocinarlas. Las porciones pequeñas pierden menos propiedades si no se descongelan previamente al cocinado, mientras que en las grandes este proceso es imprescindible para que la cocción sea uniforme.
Las verduras descongeladas deben ser consumidas en el plazo de 24 horas y nunca debemos congelar alimentos parcial o totalmente descongelados. |
| Las verduras congeladas no quedan tan bien al cocinarlas como las frescas. | Podemos utilizar cualquier forma de elaboración con las verduras ultracongeladas. Sin embargo, una de las opciones más saludables sin tener que descongelar previamente es cocinarlas al vapor (las podemos tener listas en 5 minutos) o cocidas. También podemos saltearlas directamente con un poco de aceite. |
| Podemos conseguir los mismos resultados congelando la verdura en casa | Los congeladores caseros permiten congelar alimentos frescos o preparados pero nunca a la temperatura ni en el corto periodo de tiempo del proceso de la ultracongelación. Las verduras se ultracongelan a gran velocidad y de forma individual, en continuo movimiento. Las verduras se recogen en el momento óptimo de maduración, lo que permite mantener todas sus propiedades. El proceso de ultracongelación se realiza con aire a – 40ºC, que permite que el producto alcance rápidamente la temperatura de – 20ºC, evitando así roturas de tejidos y pérdida de fluidos, lo que permite mantener todas las características propias del producto: color, olor, sabor y textura.
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