En 2020, debido a la inestabilidad de las temperaturas durante el desarrollo del cultivo, hubo una reducción de producción de cebolla de La Mancha, la principal zona productora, de entre un 30% y un 40%. Así lo confirma en una entrevista Luis Fernando Rubio, gerente de PROCECAM: “Los problemas de olas de calor han afectado considerablemente a la producción y el rendimiento de la cebolla”, quién añade que estas temperaturas provocaron en ciertas zonas que el bulbo se rajara y gran parte de la cebolla no se pudiera destinar a la comercialización .
Por otra parte, el cierre y restricciones del canal horeca hizo que los calibres grandes registraran una menor demanda, “fue la de menor tamaño la que pudo salir de los almacenes”.
En lo que respecta a la comercialización, la campaña de cebolla 2020 «fueron muy bajos, incluso por debajo de los costes de producción”, según datos de PROCECAM.
Todo ello ha provocado que la tendencia esta campaña ha sido a reducir la superficie: “la cebolla de calibre gordo ha tenido una comercialización complicada y esto ha provocado una reducción de superficie de entre el 8 y el 9% en algunas zonas”, según detalla Rubio. Y así lo corrobora Alfonso Tarazona, de ACEC (Asociación española de cosechadores-exportadores de cebolla): “Se ha quedado por vender muchísima cebolla de calibres grandes, la suerte es que no hubo tanta producción”.
Así pues, la tendencia ha sido, a partir de entonces, hacia la siembra de calibres más pequeños. “Nuestra forma de cultivar ha variado, hemos aumentado la densidad de la planta para que el espacio sea menor y el calibre se quede en un tamaño más medio, que es lo admitido por supermercados y canal retailer”, explica Rubio.
Valoración
Como comentaba, “el canal horeca suponía el 30% de las ventas y su cierre por la pandemia nos ha afectado muy severamente”, explican desde PROCECAM. La buena noticia, es que si que han notado un repunte del retail de “entre el 20% o el 25%” aunque “no ha compensado el volumen del horeca”. Por eso, tanto asociaciones como productores tienen la mira puesta en la apertura de los hoteles y la restauración, “si se abre, la cebolla española va a tener muy buena demanda”, pero “necesitamos que los canales tradicionales de comercialización se vuelvan a comportar de una forma normal y estable”.
Aunque no pierden de vista a uno de sus principales competidores: Holanda. Ya que, “su cultivo es muy rentable, tiene muy buenos rendimientos, bajos costes de producción y han batido récord de exportaciones hasta el 31 de diciembre”, concluye Rubio.
Proyecto de IGP
Ante este futuro incierto, el sector cebollero español espera con ansias la aprobación “inminente” de la IGP. Un proyecto que se presentó el año pasado y que sigue a la espera de que Europa lo reconozca. “Debería de ser este año, aunque de momento no hemos recibido comunicación de la UE”, confirman fuentes de PROCECAM y explica que “tenían 6 meses para responder, se les cumplía en el mes de marzo y esperemos tener noticias pronto, tanto positivas como negativas”.