La campaña de primera temporada de clementinas, marcada en la provincia fundamentalmente por la clemenules, encara la recta final condicionada por la falta de fruta… y por el buen funcionamiento de los mercados, sobre todo los europeos, que tiran de la demanda. Esto se ha traducido en unos precios en campo que hace «años» que no se veían, como tratos de nulera «a 36 céntimos», señala el responsable de cítricos de la Unió, Carles Peris.
Tanto es así, que el presidente de la cooperativa Nulexport, Pascual Pla, señala que este año el campo «va por delante» porcentualmente en cuanto a precios «que el destino». Ello se debe a que, sobre todo en estas fechas previas a la Navidad, las grandes cadenas de distribución establecen unos precios con varias semanas de previsión y, ante la falta de fruta y la necesidad de garantizar sus envíos, los comercios y cooperativas están comprando la fruta a buenas cotizaciones.
Pero este «optimismo», que se deja notar en todos los aspectos en el campo debido a la buena demanda de fruta, puede verse también finalmente perjudicado por la merma en la producción, que se está confirmando. Lo señalan todos los actores y lo especifica claramente el responsable de cítricos de Fepac-Asaja. José Francisco Nebot, aunque reconoce la «alegría» que se vive entre los productores, prefiere «esperar a las liquidaciones» para ver la traducción «en euros por hanegadas». Y es que la horquilla de precios es «muy amplia», señala Peris.
Eso sí, lo que no se puede negar es la demanda, lo que provocará que la campaña de clemenules acabe este año unas dos semanas antes que en una temporada normal. Pla ve «muy posible» que el 1 de enero «esté acabada» y Nebot apunta que la recolección incluso puede acabar en Navidad y durante la semana siguiente continuar realizando envíos con la fruta que haya en cámara.
Sin ‘pixat’
Y como en el campo las desgracias y las alegrías nunca son para todos, la falta de lluvias que tanto perjuicio está provocando ha tenido una incidencia positiva en la evolución de la campaña. Así, ha hecho que no se pierda ningún día de recolección y que la fruta, a diferencia de las últimas campañas, no se vea perjudicada. Dado que no se prevén lluvias a corto plazo, a que la fruta más madura ya se ha recolectado –se está trabajando ya con naranja «tratada» para evitar problemas, señala Peris- y al frío reinante, aunque ahora lloviese ya no es previsible una gran afección del pixat, al contrario de lo que sucedió el año pasado. «La fruta aguantará hasta última hora», apunta Pla, «porque no ha habido inclemencias».
Fuente: Elperiodicomediterraneo.com