El eje central de la campaña es un emotivo spot que recrea el paso del tiempo. En él, un niño que recorre las instalaciones de Melones el Abuelo se convierte, 20 años después, en un adulto que mantiene vivo ese vínculo con la marca y sus tradiciones. Este relato visual simboliza no solo la continuidad generacional, sino también el compromiso de la empresa con transmitir valores como el esfuerzo, la dedicación y la unión familiar.
“La Navidad es una fecha muy especial para nosotros, un momento para mirar hacia atrás, valorar lo que hemos construido juntos y celebrar lo que nos une como familia”, destaca Celedonio Buendía, gerente de Melones el Abuelo. “Con esta campaña queremos rendir homenaje a quienes nos precedieron, a esas generaciones que han formado parte de nuestra historia, pero también a las que seguirán llevándola adelante”, reflexiona.
La producción del spot combina escenarios reales con una cuidada narración que conecta con el espectador, invitándolo a reflexionar sobre cómo las pequeñas tradiciones familiares, como compartir un melón en la mesa navideña, pueden convertirse en recuerdos imborrables.
Así, esta campaña se alinea con el propósito de Melones el Abuelo de ofrecer mucho más que un producto: quiere ser parte de esos momentos únicos que unen a las familias, especialmente en una época tan señalada como la Navidad.