Madrid acogió el Congreso AECOC de Gran Consumo
El Punto de Encuentro del Gran Consumo arranca con buenas noticias sobre la evolución conjunta del sector, aunque advierte de la necesidad de realizar reformas estructurales en las Administraciones Públicas.
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El Congreso AECOC 2014, el Punto de Encuentro del Gran Consumo, tuvo lugar esta semana en Madrid con un completo análisis económico acerca de la realidad y perspectivas del sector, de la mano del Presidente de AECOC y Presidente de Cortefiel, F. Javier Campo, y del reconocido economista internacional Luis Garicano.
Ambos han coincidido en señalar el deterioro institucional y la pérdida de autoridad moral de la clase política como “un problema gravísimo para el desarrollo económico”, “uno de los principales problemas para la recuperación económica de nuestro país”, que van a lastrar un crecimiento del que ya existen claros síntomas en la actualidad.
En este escenario en el que “tampoco unas parte del empresariado ha estado a la altura”, según el presidente de AECOC, “debería aflorar esa mayoría silenciosa de empresarios que sí está trabajando con seriedad y transparencia para sacar adelante sus negocios y contribuir a la recuperación económica”.
En opinión del presidente de AECOC, las reformas financiera y laboral emprendidas en el transcurso de la crisis están dando resultados, como se demuestra en la recuperación de la confianza –con el descenso de la prima de riesgo-, el buen comportamiento de las cifras de exportación, la incipiente generación de empleo o la buena evaluación del sector bancario, que vuelve a contemplar la financiación privada como una de sus prioridades.
No en vano, –consultados mediante un sistema de votación interactiva- un 70% de los empresarios del sector, casi el doble que hace un año, consideran que el PIB crecerá este año aunque sin generar empleo de forma significativa. También un 60% aseguró que realizarán inversiones moderadas este año, y un 28% que ese incremento en sus inversiones será notable.
De igual modo, el presidente de AECOC apuntó la recuperación del crecimiento en el sector Horeca –de un 3% tras seis años de caídas- y en el sector textil –de un 4%-, como pruebas de esa mejoría que, sin embargo, no está viviendo el sector de Alimentación –que ha sufrido el impacto de la deflación en los últimos meses-.
El sector público “rema contra corriente”
Campo apuntó, no obstante, que el paro –“ninguna economía en el mundo es competitiva con cifras de paro superiores al 20%”- y la deuda, superior al 300%, son los dos grandes desequilibrios para la verdadera recuperación económica de nuestro país.
En su opinión, el sector privado está generando capacidad de financiación de su deuda, mientras que el sector público “sigue consumiendo recursos y endeudándose cada vez más, está remando a contra corriente”.
Javier Campo añadió que “no se están haciendo reformas de calado en las Administraciones Públicas”, reformas que pasan por eliminar duplicidades o suprimir determinado tipo de subvenciones, entre otras medidas. Cambios profundos y estructurales que deberían acompañar también una vigorosa lucha contra el fraude fiscal y la corrupción desde todos los agentes sociales, pues se trata de un problema en absoluto “exclusivo del Ministerio de Hacienda”.
Aumentar la productividad
Tanto Javier Campo como Luis Garicano coincidieron también en señalar la importante pérdida de productividad registrada en los últimos años en nuestro país. Un freno fundamental para el crecimiento económico que se puede combatir desde la inversión en inteligencia, mediante la Educación, formando buenos profesionales, y la I+D+i.
En opinión de Garicano, “no hay atajos para recuperar al país. Hay que invertir en capital humano (universidades) y reformar las instituciones (luchando contra la corrupción)”. En este sentido, añadió que “la gente tiene que adquirir responsabilidad sobre su propia formación. La empleabilidad trasciende al papel de la universidad y hoy contamos con recursos que lo facilitan”. Garicano también apuntó al papel de las empresas en este ámbito que, en su opinión, “deben invertir más aún en la formación de sus empleados más jóvenes”.
Unas recomendaciones que un 64% de los directivos reunidos en sala admitió como recetas válidas para que nuestro país pueda reinventarse, porque “no queda más remedio” que confiar en ellas.