Productores almerienses denuncian, una vez más, los bajos precios que reciben por sus productos, en este caso el tomate, cuyas cotizaciones son tan bajas que se ven obligados a poner punto y final a su campaña. Es el caso de dos agricultores de La Cañada, que a través de redes sociales, han lamentado que los precios pagados por sus tomates apenas rondan los 0,15 euros/kg, cifra que dista mucho de cubrir los costes de producción. “Como consecuencia de ello, me veo obligado a arrancar mi cultivo”, afirma uno de ellos, mientras que el otro lamenta que “los precios son insostenibles”.
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Ya en la última semana de abril (semana 18), y según datos del Observatorio de Precios de la Junta de Andalucía, las cotizaciones medias de los tomates rama y larga vida se situaban en 0,21 euros/kg, un 32% menos que la semana anterior y más de un 50% menos que dos semanas antes. “Los precios del tomate descienden en todos los tipos analizados”, recoge el citado informe que, junto al rama y el tomate larga vida, cifra el precio del tipo pera en 0,31 euros/kg en esa semana 18 y en 0,39 euros/kg el del tomate liso, frente a los 0,85 euros/kg y los 0,73 euros/kg, respectivamente, de la semana 16. Entre las causas de este descenso de precios, desde la Administración andaluza apuntan a la mayor producción local europea y al aumento del porcentaje de segunda categoría en muchas plantaciones que están llegando al final de su ciclo.
“Hay muchos cultivos terminando y, además, mucho producto de otros orígenes”, explica Andrés Soler, especialista en tomate dentro del Departamento Comercial de Grupo Agroponiente. Países como Holanda, Bélgica o Polonia ya cuentan con producción propia, mientras que, en Almería, coinciden el final de los ciclos largos, con tomates cuya calidad se ve claramente mermada, con el inicio de la recolección de las plantaciones de primavera. Para Soler son, precisamente, esos tomates que han llegado al final de su ciclo los que, por cuestiones de calidad, reciben peores cotizaciones; “hay tomates nuevos con mejores precios”, afirma.
Por otro lado, y con respecto a la llegada a los mercados de las producciones locales, entre ellas de Holanda, lamenta la presión a la baja de este país sobre el precio del tomate rama: “Lo están vendiendo entre 0,50 y 0,55 euros/kg ya envasado”.
Por su parte, Juan Segura, presidente de Coprohníjar, insiste en que “los precios están por los suelos” y, de hecho, en el caso del tomate cherry, su producto estrella, “la semana pasada se vendió, incluso, a 0,30 euros/kg”. A los motivos esgrimidos por Soler, añade una cuestión más: “Las líneas comerciales continúan sin estar al 100%”, comenta en relación al cierre del canal Horeca y las menores ventas en los mercados mayoristas como consecuencia del COVID-19. Preguntado por la entrada de buena parte del país en la fase 1 de la desescalada y la apertura de los negocios de hostelería, Segura se muestra aún escéptico: “Ojalá ayude”.
Una primavera que parece otoño
La necesidad de los agricultores de rentabilizar sus producciones hacen que, cada año, sean más quienes realizan plantaciones de primavera, e incluso, pensando en los meses de verano. En este sentido, Andrés Góngora, responsable de Frutas y Hortalizas de COAG, afirma que “a estas alturas de la campaña hay tanta producción que más que primavera parece otoño”.
Y es que no solo coinciden en el tiempo el final de las plantaciones de ciclo largo de tomate con los ciclos de primavera, sino también nuevas cosechas de calabacín o berenjena con otras que están a punto de finalizar, e incluso, “hay agricultores plantando calabacín, berenjena, pepino o tomate cherry para el verano”.
Para Góngora, y más allá de la búsqueda de la rentabilidad por parte de los agricultores, hay un motivo aún más importante: “Nos estamos desplazando en el calendario por culpa de Marruecos”.
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