El profesor del Departamento de Zoología de la UCO, José María Flores, ha presentado los resultados de esta investigación en la que también han participado el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y la empresa Bayer, entre otros colaboradores.
Precisamente, Flores ha expuesto las principales conclusiones durante una visita al Centro de Cuidado y Salud de las Abejas de Bayer, ubicado cerca de Düsseldorf (Alemania), y allí ha informado de que se ha trabajado con colonias de abejas melíferas distribuidas en tres grupos (uno control sin exposición a pesticidas; otro, expuesto a clotianidina y el tercero, a tiametoxam). El objetivo fue testar cómo podía estar afectando a las abejas expuestas a esos dos neonicotinoides a través de las flores de girasol.
Según Flores, se ha investigado minuciosamente la evolución de la población de las abejas adultas, la de las crías, las reservas de polen, de miel o el número de colonias muertas durante los ensayos y en ninguno de esos parámetros se apreciaron diferencias significativas entre los tres grupos.
A juicio del profesor de la UCO, el trabajo realizado ha sido “muy serio” y sin precedentes ya que la mayoría de los desarrollados hasta la fecha o se llevaron a cabo en condiciones de laboratorio -no en campo como éste- o en campo, pero sin atender con rigurosidad a las exigencias de la EFSA.
Factores de riesgo en España
Por otro lado, la investigadora del INIA, Dolores Hernando, ha presentado una evaluación de los factores de riesgo en España para las abejas melíferas y los polinizadores silvestres, en los que se incluyen los resultados del anterior estudio.
Se han hecho muestreos de colmenas para ver la incidencia de patologías como la nosemosis, el virus de las Alas Deformes, la varroa, los efectos de los tratamientos veterinarios en estos animales o los contaminantes ambientales. En líneas generales, los resultados obtenidos señalan el predominio de la nosemosis y la varroa como las afecciones más frecuentes en las colmenas, según esta experta.
Asimismo, se ha detectado el uso de algunos productos veterinarios no autorizados para apicultura o que los ahumadores que utilizan los apicultores liberan Hidrocarburos Ahumados Policlínicos (PAH) que también son tóxicos.
Por su parte, uno de los gerentes e investigadores del Centro de Cuidado y Salud de las Abejas, Christian Maus, ha recordado que mantienen una treintena de programas activos en todo el mundo relacionados con la alimentación de las abejas, la agricultura sostenible y la salud de las colmenas.
Algunos de ellos se centran en estudiar la biodiversidad de los polinizadores en los paisajes agrícolas; indagar en polinizadores alternativos para cultivos agrícolas o el uso seguro de productos para la protección de cultivos.
Dentro del aspecto sanitario apícola, este centro de Bayer está desarrollando proyectos en todo el mundo sobre abejas resistentes a la varroa, métodos alternativos para el control de dicha enfermedad o estudios de optimización de prácticas de la apicultura.