¿Qué ha querido transmitir a los asistentes a esta conferencia?
En primer lugar, quiero agradecer mi presencia aquí. Fue una oportunidad para dar las gracias a los agricultores españoles por su enorme contribución para garantizar la seguridad alimentaria de los ciudadanos de la Unión Europea en momentos tan extremadamente difíciles con la pandemia del Covid, la agresión rusa contra Ucrania, la desestabilización de los mercados y, especialmente en España, desgraciadamente, con algunos acontecimientos trágicos como la última inundación en Valencia y también la sequía que afecta mucho a los agricultores.
La contribución de los agricultores y los productores españoles es enorme, también para los éxitos de exportación de nuestra agricultura, con 70.000 millones de euros de superávit en el comercio agroalimentario. Esto es un gran logro que sería imposible sin el trabajo de los productores españoles de vino, aceite de oliva, carne de cerdo, frutas y verduras.
Hoy, aquí, he querido presentar mi visión, que ya expuse como comisario, para el futuro, que debería basarse en el principio de las 4S (en inglés): seguridad, estabilidad, sostenibilidad y solidaridad.
La seguridad alimentaria es una función principal de la agricultura. Debemos volver a este planteamiento: que la agricultura produzca ante todo alimentos, ya que no siempre fue la prioridad en las últimas décadas.
En segundo lugar está la estabilidad. Necesitamos estabilizar los ingresos de los agricultores. Esta es la principal cuestión que plantea el presupuesto de la UE que, según mi posición, debería aumentarse visiblemente porque ahora solo representa el 0,34% del PIB de la UE y podemos observar, por ejemplo, la inflación de los pagos directos, por lo que nuestros agricultores necesitan más ayuda. La estabilidad jurídica es una garantía a los agricultores que trabajan a largo plazo.
La tercera es la sostenibilidad. Sí, por supuesto, tenemos retos para la agricultura. Necesitamos una agricultura más respetuosa con el medio ambiente, pero hay que tener en cuenta que la agricultura no es la principal responsable del problema de las emisiones. Según los últimos datos, en las tres últimas décadas de 1990 a 2021, la agricultura redujo las emisiones en la Unión Europea un 25% y, al mismo tiempo, el transporte aumentó las emisiones más de un 200%. ¿Qué necesitamos en esta situación? Desarrollar y apoyar el mercado local. España tiene una buena experiencia en este ámbito gracias a las cooperativas y creo que hoy día es el número uno en alcanzar la organización de los agricultores (tal vez Italia tiene un nivel similar). Pero, en general, tenemos problemas con la organización de los agricultores en muchos países.
Respecto al cuarto punto, la solidaridad con los agricultores y también entre los agricultores. Las cooperativas son una forma de solidaridad entre los agricultores, pero también necesitamos solidaridad con ellos y esta es la cuestión, ofrecerles un apoyo efectivo en situación de crisis.
Con la reciente tragedia de Valencia, muchos agricultores se han visto afectados. Antes del final de mi mandato, inicié los trámites para preparar la ayuda a los agricultores españoles afectados por las inundaciones con cargo a la reserva para crisis agrícolas y será mi sucesor quien terminará este procedimiento.
Pero necesitamos aumentar estas oportunidades para apoyar a los agricultores en situaciones de crisis ya que el importe total de la reserva para situaciones de crisis en el presupuesto agrícola es de solo 450 millones de euros para los 27 Estados miembros de la UE. No es suficiente y aumentar este presupuesto es un gran reto para el futuro.
Cambio climático y el papel de la agricultura, ¿cuál debería ser el enfoque en el futuro?
Una agricultura más respetuosa con el medio ambiente y, sólo lo podremos lograr mediante incentivos a los agricultores, no obligándoles a un mayor esfuerzo, esto es imposible; los agricultores no pueden hacer más sin apoyo adicional.
“Necesitamos una agricultura más respetuosa con el medio ambiente, pero sólo podemos alcanzar este objetivo con incentivos al agricultor”
Este es el objetivo del presupuesto y continuar este enfoque, que empecé como comisario, con la simplificación adoptada en abril de este año tras las protestas de los agricultores. Quiero aprovechar para agradecer también a los agricultores sus protestas, porque su voz fue necesaria para cambiar algunas ideas o propuestas concretas como la retirada de la obligatoriedad de dejar un 4% de la superficie agraria útil en barbecho o improductivos para poder cobrar las ayudas de la política agraria común (PAC) para la protección de la biodiversidad. Es importante, por supuesto, pero no es aceptable obligar a los agricultores, y mi posición fue desde el principio la misma que la de los agricultores. Por ello, esta obligación fue pospuesta tres veces y, finalmente, cambiada por un esquema ecológico voluntario.
Creo que esta dirección continuará. Necesitamos una agricultura más respetuosa con el medio ambiente, pero sólo podemos alcanzar este objetivo con incentivos al agricultor.
¿Cree que se podrán lograr las cláusulas espejo en la UE?
Es posible, pero es difícil porque funcionamos en el mercado mundial y la Unión Europea es miembro de la OMC y, a veces, debido a que nuestras normas son generalmente más estrictas que las del resto del mundo, pueden ser reconocidas como barreras comerciales, por lo que podemos esperar alguna reacción de los países donde exportamos. Hay que tener cuidado.
“Debemos seguir esforzándonos por lograr las cláusulas espejo, pero tenemos que entender que es una cuestión difícil”
Esta idea es absolutamente inteligente y racional y debemos hacer todo lo posible para introducir las mismas normas. Los alimentos que se importan a Europa deben cumplir los mismo requisitos de seguridad, pero no siempre en el modo de producción.
Debemos seguir esforzándonos por lograr las cláusulas espejo, pero tenemos que entender que es una cuestión difícil. Somos exportadores netos de alimentos y nuestro interés no es crear barreras. Los agricultores españoles saben muy bien lo que significa exportar vino, aceite de oliva, tomates o carne de cerdo, por ejemplo.
Durante mis misiones agroalimentarias a Vietnam, Singapur, Japón, India, China, Kazajstán e Indonesia promovemos, en primer lugar, nuestros alimentos de alto valor, alimentos de muy alta calidad. Ahí está el éxito, por ejemplo, de los alimentos con IGP. ¿Sabes que con indicación geográfica el precio del mercado mundial es dos veces mayor? Este es el secreto de los líderes europeos en IGP. La comida europea es atractiva, pero no porque sea barata. La alta calidad de nuestros alimentos es el valor, es la clave para el éxito en el mercado mundial y debemos continuar así.
España es líder en este ámbito porque tiene alimentos de alta calidad con muchas IGP y tenemos que reforzar esta posición en toda la Unión Europea y continuar esta historia de éxito, que es el aumento de nuestra exportación, la producción de alimentos. Ahora, la Unión Europea es el mayor exportador de alimentos del mundo gracias a nuestros agricultores, a nuestros productores de alimentos, procesadores y también a nuestros comerciantes y deberíamos continuar esta tendencia.
Volviendo a su pregunta inicial, sí, deberíamos alcanzar este objetivo. Durante nuestras conversaciones sobre los acuerdos de libre comercio siempre mencionamos esta dirección, pero es difícil debido al trabajo que hay que hacer.
Quiero preguntarle también por el tema de la seguridad en las importaciones, sobre todo con las plagas.
Todos los productos que se importan a Europa deben cumplir con la misma seguridad, pero es obligación de los estados miembros controlar los productos importados. Se trata de una obligación de los Estados fronterizos, los países que importan directamente el producto y lo incluyen en el mercado europeo. Esta es la obligación de los Estados miembros y esta es su responsabilidad.
Los productores no creen posible alcanzar los objetivos de Horizonte 2030, ¿qué opina al respecto?
Necesitamos reconsiderar algunos de los objetivos para 2030 y los del Pacto Verde porque se establecieron en una situación absolutamente diferente. Fue antes de la pandemia del covid, donde, gracias a nuestros agricultores, evitamos la interrupción del suministro de alimentos, y antes de la agresión rusa a Ucrania y sus consecuencias con la desestabilización del mercado. Recordemos que, cuando Ucrania tenía bloqueado su corredor de exportación por el Mar Negro fue redirigida a Europa creando un enorme problema de mercado, especialmente en los países fronterizos, como Polonia. Ahora la situación es mejor porque el corredor del Mar Negro está funcionando, pero hay que apoyar a Ucrania para que vuelva a su mercado tradicional.
Pero, volviendo a la respuesta a su pregunta, la situación de los agricultores es mucho más difícil que antes de que se establecieran los objetivos del Green Deal y como he dicho antes, necesitamos también que la agricultura sea más respetuosa con el medio ambiente, con el clima. Tenemos que respetar la situación en la que estamos y tener en cuenta la experiencia de los últimos cinco años extremadamente difíciles que hemos vivido. Nuestro objetivo debe ser reconsiderado para el futuro.
Mi preocupación es la comprensión de la importancia de la agricultura. La última vez que el Eurobarómetro publicó los datos sobre el aumento del apoyo a la Unión Europea, la agricultura, la alimentación y la seguridad alimentaria no era una prioridad para la gente. Por ello, debemos mejorar nuestra comunicación para explicar más la importancia de la agricultura.
Y necesitamos un enfoque sostenible: la protección del suelo es necesaria; la producción orgánica es la oportunidad para muchas granjas, especialmente los pequeños agricultores; las normas de bienestar animal; la agricultura a pequeña escala es absolutamente necesaria para el desarrollo sostenible de las zonas rurales. Pero no debemos olvidar que no estamos en la misma situación que teníamos hace cinco años y nadie sabe lo que pasará en el futuro cercano porque podemos esperar todo de Rusia. Soy de Polonia y sabemos lo que significa la política imperial rusa.
Imagínese que hablamos dentro de cinco años, ¿cómo le gustaría que fuera la agricultura en Europa?
Creo que mi satisfacción sería detener el proceso de desaparición de las explotaciones. Durante la década antes de mi mandato, 2010-2020, perdimos tres millones de granjas en la Unión Europea, 800 agricultores al día decidieron dejar de cultivar; la situación varía de un Estado miembro a otro, pero, en general, es un gran problema. Durante los cinco años de mi mandato perdimos 300.000 explotaciones. El proceso no es tan intenso ahora, pero deberíamos trabajar para detenerlo.
La agricultura europea no debe ser como EE. UU. a gran escala, no es un buen modelo para Europa y debemos proteger a las pequeñas explotaciones. Me alegra que, durante mi mandato, se introdujera esta ayuda redistributiva directa del 10% para los pequeños agricultores que es muy importante y debemos continuar con esta línea para detener el proceso de desaparición. Hemos perdido un montón de explotaciones mixtas y mi idea ha sido introducir el pago redistributivo especial para los agricultores que unen la producción agrícola y animal y observar los primeros efectos de esta política a finales de este año.
También la PAC debería continuar y reforzarse. Tenemos que respetar más las diferencias entre la situación de los Estados miembros y también en las regiones, dentro de cada país. Necesitamos una política agrícola más flexible respetando estas diferencias. ¿Cuál fue el problema en el pasado? Puedo repetir los argumentos que utilicé durante nuestro debate interno en la Comisión Europea. No deberíamos ser como un médico que tiene como paciente a una familia y uno de ellos está enfermo y pide los mismos medicamentos para todos los miembros.
Y también tenemos que tener como objetivo la simplificación continua de las normas de la PAC.
