La orden del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, que regula la contratación colectiva en origen de los temporeros marroquíes para la campaña de la recogida de la fresa y frutos rojos de Huelva, incluye por primera vez un anexo con las características que debe reunir el alojamiento ofrecido a los trabajadores, de manera que se eviten las condiciones de hacinamiento y chabolismo de campañas pasadas.
De hecho, el documento, publicado este martes, 31 de diciembre, en el Boletín Oficial del Estado (BOE), prohíbe expresamente la utilización de tiendas de campaña para alojar a los temporeros y también el uso de sótanos o semisótanos, salvo que estos se sitúen a un metro sobre el rasante.
Además, define con precisión el tamaño mínimo de las dependencias de esas viviendas y las condiciones de uso. Y añade algunas recomendaciones para facilitar la convivencia durante los meses de trabajo, como la organización de actividades socioculturales o, al menos, el ofrecimiento de facilidades para que los temporeros puedan acudir a las actividades organizadas por las instituciones de la zona.
Las viviendas deberán contar también con aparatos de refrigeración y calefacción, cocina, zonas comunes y zonas privadas en las que se respete la intimidad de los inquilinos y dormitorios que preferentemente serán para un máximo de 6 personas, salvo que sus dimensiones y distribución permita albergar a más inquilinos y siempre que se garantice un espacio mínimo individual.
El Ministerio de Trabajo quiere garantizar de esta forma las condiciones de salubridad y dignidad de los alojamientos ofrecidos a los temporeros a lo largo de una campaña que el Gobierno considera modélica en lo que tiene que ver con la gestión de flujos circulares migratorios, puesto que los temporeros acuden al puesto de trabajo un año tras otro y regresan a su país de origen una vez concluida la campaña.
Según recordaba este martes el Ministerio, la campaña agrícola de la recogida del fruto rojo en la provincia de Huelva es la más importante en España en términos de demanda de contratación colectiva en origen y se cubre con trabajadores procedentes de Marruecos.
Para este año se ha autorizado un total de 20.195 trabajadores, de los cuales 13.695 ya han participado en campañas anteriores, «favoreciéndose así la migración circular». Otros 6.500 temporeros provienen de una selección realizada específicamente para esta campaña en Marruecos.
La inclusión en la orden ministerial de un anexo con las condiciones mínimas de habilitabilidad de las viviendas es una de las novedades de esta campaña, si bien el Gobierno señala también otras mejoras introducidas que tienen que ver con el adelanto de la campaña administrativa y «una mejora general de los procesos de coordinación y planificación entre todas las administraciones implicadas y los agentes sociales intervinientes».
Igualmente, subraya el Ministerio, «será de aplicación el código de buenas prácticas en las campañas agrícolas de temporada aprobado en la Comisión Interministerial de Flujos Migratorios y se seguirá poniendo un especial énfasis en el control de las condiciones laborales».
En la nota enviada por el Ministerio de Trabajo se subraya cómo la contratación de trabajadores de temporada para las campañas agricolas, y especialmente en la relación establecida con Marruecos, se ha consolidado como «una buena práctica de migración circular» que, «teniendo en consideración las necesidades del mercado de trabajo tanto del país de origen como del país de destino, favorece el impacto positivo de la política migratoria al que aluden tanto la Agenda 2030 como el Pacto Global de Migraciones y la Agenda Europea de Migración».
Otro ejemplo de buenas prácticas para el establecimiento de vías de migración legal es el proyecto puesto en marcha para la emisión de visados de búsqueda de empleo dirigidos a los hijos de españoles en el extranjero y que arrancado el año pasado de forma experimental en Argentina. Para 2020, el Ministerio de Trabajo ha ampliado, de 1.500 a 5.000 el cupo de visados de búsqueda de empleo para hijos o nietos de españoles residentes en otros países.
«Ambos casos -el de la contratación en origen con Marruecos y el de los visados para la búsqueda de empleo dirigido a hijos de españoles emigrantes- sirven, afirma el Ministerio, de «ejemplo para confirmar que la articulación de vías de migración legal contribuye, desde una dimensión externa, a una mejor relación de cooperación con terceros países, abriendo vías de diálogo». «Y, desde una dimensión interna, satisface las necesidades del mercado de trabajo nacional», añade.
Fuente El Mundo