Los europeos consumen un 65% más de aguacate que hace cuatro años
La campaña del aguacate andaluz ha puesto su punto final con una producción de 52.000 toneladas a pesar de las inclemencias meteorológicas.
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Las lluvias de la primavera han logrado despejar el fantasma de la sequía en la Axarquía y los agricultores trabajan ahora para lograr que la Junta levante las restricciones en el riego.
El cultivo del aguacate ha registrado un importante crecimiento en los últimos años y comienza a postularse como un sector importante en la agricultura Andaluza. El microclima de la costa tropical de Granada y la Axarquía malagueña alberga las condiciones idóneas para la producción de este codiciado fruto cada vez más demandado en Europa, entre ambas provincias se cultiva el 90 del aguacate español.
La intensa sequía que viene afectando a esta zona, ya de por sí dañada por la falta de recursos hídricos, marcó el inicio de esta campaña, pero las fuertes lluvias de la primavera han logrado revertir la situación y finalmente se ha cerrado con unas cifras de producción que rondan las 52.000 toneladas, lo que supone casi un 15 por ciento menos que el año pasado.
«La campaña terminaba con una cosecha menor que la del año pasado, entre un 10 y un 15 por ciento menos, pero dentro de que el aguacate es alternante no ha habido una bajada importante, los precios han estado razonablemente bien y la calidad del fruto ha ha sido muy buena», explicaba a elEconomista Andalucía José Linares, presidente de la Asociación Española de Tropicales.
En este sentido, Linares indicaba que las inclemencias meteorológicas no han afectado al fruto, porque cuando se registraron las precipitaciones más fuertes la cosecha ya estaba en su recta final, por lo que los daños han sido mínimos.
Según los datos de Asaja Málaga, la producción por variedades se ha mantenido similar a la de años anteriores, con 7.900 toneladas de aguacate de piel verde y 44.100 de la variedad Hass.
La campaña ha estado marcada por la buena calidad del fruto que ha permitido que pueda comercializarse a buen precio, de tal modo que los agricultores han recibido de media unos 2,50 euros por kilo, unas cifras que han superado los tres euros en algunas de las variedades más cotizadas.
Crece el consumo en Europa
El aguacate está de moda y su consumo no para de crecer, sobre todo en Europa, donde el consumo ha crecido un 65% en los últimos cuatro años, pasando de las 281.073 toneladas de 2013 a las 463.604 de 2017. En lo que va de año el consumo se ha incrementado un 11,48%, Asaja estima que si se mantienen esas cifras de crecimiento se podrían superar las 500.000 toneladas a finales de 2018.
A pesar de que el cultivo de aguacate en Andalucía ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años y que el fruto destaca especialmente por su calidad, la región copa un pequeño porcentaje en el mercado europeo.
En 2013, la producción española de aguacate (de la que el 90 se cultiva en Andalucía) representaba el 14.05% del total del consumo europeo y en 2017, esa cifra cayó hasta el 7,8 por ciento.
«El aguacate se está consolidando como uno de los grandes cultivos, va muy bien pero no podemos crecer porque no hay agua, estamos detrás de la Administración para que haya más reservas y mejores canalizaciones; el microclima ideal para el aguacate está en Málaga y Granada, hay buenas tierras y agricultores con ganas de invertir, pero no hay agua», lamentaba el presidente de la asociación de tropicales.
Ante esta falta de agua en la zona, los agricultores han comenzado a plantar aguacate en otras provincias más ricas en recursos hídricos como Cádiz y Huelva, a las que se suma la Comunidad Valenciana, fuera de Andalucía.
Los elevados precios a los que se vende el producto y la alta demanda en el mercado europeo, que crece a un ritmo medio de un 20 por ciento al año, hacen que cada vez sean más los agricultores y empresarios que se interesan por cultivarlo, aunque la falta de agua está limitando la expansión.
Algunas asociaciones ecologistas relacionan el crecimiento del cultivo de aguacate con la degradación del medio ambiente, pero desde Asaja niegan este aspecto.
«El aguacate español es un cultivo catalogado como de bajo riesgo de utilización de productos fitosanitarios, es el más cercano a los mercados, y por tanto el que genera la menor huella de carbono y además es parte fundamental del vergel en que se ha convertido nuestra costa», defienden desde la asociación agraria.
Una vez culminada la campaña, los agricultores ya comienzan a realizar sus previsiones para la próxima y aunque aún es pronto, desde la asociación de tropicales señalan que a pesar de que la floración ha experimentado casi un mes de retraso, se prevé «una buena cosecha».
Fuente: ElEconomista