Los cultivos de regadíos aportan el 55 % del producto final agrario de España
Las producciones de regadío aportan el 55 por ciento del producto final agrario (PAF) de España con el 16 por ciento de la superficie labrada, según ha destacado la directora general de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Begoña Nieto.
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Nieto ha pronunciado la conferencia inaugural del XIII Congreso Nacional de Comunidades de Regantes de España, bajo el título ‘Desarrollo Rural y Regadío: retos y oportunidades en el período 2014-2020’.
Ha asegurado que sin el regadío «no existiría el sector agroalimentario de España» y ha apostado por superar «con el consenso de sector y administraciones los retos sociales, económicos y medioambientales que tiene el sector».
Ha resaltado que «una hectárea de regadío produce hasta seis veces más que una de secano generando una renta cuatro veces superior», al tiempo que «mantiene y diversifica las rentas al permitir una mayor rotación de los cultivos, previene la erosión y la desertización y sirve de soporte a la agroindustria».
En España hay entre 3,4 y 3,5 millones de hectáreas en regadíos que utilizan en torno a un 68 por ciento del agua disponible, ha indicado.
Se ha referido también a su capacidad para crear empleo directo, triplicando al que genera el secano, y de mayor cualificación gracias al uso de las nuevas tecnologías.
Nieto ha abundado también en los retos a los que ha de hacer frente el regadío español incidiendo en la necesidad de «eliminar dudas sobre las beneficios sociales de los que están en modernización» así como la necesidad de innovar y de «buscar soluciones inteligentes e imaginativas».
Tras destacar la importancia de la colaboración entre el sector y las administraciones, ha apuntado la importancia de lograr generar mayor valor añadido, superar las dificultades de financiación y hacer frente al incremento del coste de la energía.
Por lo que respecta a los retos medioambientales ha señalado el minimizar la presión sobre las masas de agua por extracción y contaminación difusa, minimizar el consumo de la energía, ganar credibilidad y mejorar la imagen ambiental del regadío.