Elio Sancho
La empresa israelí SuperFruiter aterriza en España con un proyecto tan interesante como novedoso: el cultivo de melones mini, de tamaño similar a un tomate cherry pera, sin semillas, más sabrosos y de piel suave y comestible. SuperFruiter es una empresa emergente especializada en la obtención y comercialización de cucurbitáceas especiales únicas. Gracias a la tecnología del Centro Volcani, institución pública israelí de investigación agrícola y alimentaria, y apoyados en el fondo de capital riesgo israelí Copia Agriculture & Food Technologies en materia de gestión, así como por la empresa de semillas israelí BreedX, especializada en el mejoramiento y la comercialización de hortalizas especiales, la compañía prevé revolucionar la cadena de valor del melón, aportando mayor valor añadido para los productores y los consumidores.
El gen Superfruiter
Mediante selección genómica, Superfruiter va a desarrollar, utilizando métodos tradicionales de cultivo, sin emplear transgénicos ni edición genética, tres tipos de melón: un melón piel sapo de entre 600 y 700 gramos; un melón canario amarillo, de entre 700 y 800 gramos; y un melón cherry o melón cereza, de tamaño mini, similar a un tomate cherry pera, de piel amarilla, suave y comestible, con microsemillas vacías y comestibles, gracias al denominado gen SuperFruiter. Este gen SuperFruiter consiste en un proceso patentado de selección genética con el que la empresa prevé desarrollar estos melones de pequeño tamaño. Gracias a esta técnica, la empresa consigue que una sola planta de melón produzca una veintena de piezas de melón, frente a la media de cuatro piezas de los cultivos tradicionales.
Almería, Murcia, Extremadura y La Mancha
Para desarrollar el proyecto en España, SuperFruiter está sondeando el mercado en busca de partners, en Almería, Murcia, Castilla-La Mancha y Extremadura, que cultiven sus variedades no modificadas genéticamente, tanto especialistas en melón como empresas de cuarta gama. Hasta ahora, desde la empresa informan que ya se están llevando a cabo las primeras pruebas en colaboración con la cooperativa Granada La Palma, para cultivar una primera cosecha de las variedades piel de sapo y canario amarillo, en una superficie de 3.000 metros cuadrados, donde esperan recolectar alrededor de 5.000 kilos, según sus estimaciones.
«En 2026 prevé iniciar la segunda fase del proyecto para comenzar la producción de melón cherry,
dirigido al canal Horeca, tiendas gourmet y el sector retail»
Inversión inicial de 4 millones
A lo largo de 2024, SuperFruiter también realizará ensayos en Israel para seleccionar semillas que se cultivarán a escala semicomercial en este mismo año. Además, seleccionará un número de cooperativas para este cultivo precomercial y, porteriormente, distribuirá la producción a un número determinado de supermercados para que apuesten por la diferenciación de sus melones en los lineales. Antes de fin de año, tiene previsto abrir una ronda de inversión para captar 4 millones de euros, dirigida principalmente, a inversores institucionales, fondos de inversión y socios industriales, con el objetivo de impulsar nuevos programas de investigación y desarrollo en semillas, invertir en las instalaciones de las plantas de los productores y comenzar la labor comercial y de promoción en el punto de venta a escala europea.
El reto, 100 millones de euros en ventas
Si las previsiones de la compañía se cumplen y logra captar los 4 millones de euros de la primera ronda, en 2026 comenzará a producir el melón cherry, dirigido al canal Horeca, tiendas gourmet y el sector retail. Para ello, activará una segunda fase del proyecto, con la que prevé captar otros 5 millones de euros en una nueva ronda de inversión, con el objetivo de alcanzar unas ventas por valor de alrededor de 100 millones de euros en el mercado europeo en el horizonte 2030. Con este proyecto, SuperFruiter estima que podría absorber el 10% de la cuota mundial del mercado de melón en un plazo de cinco años.
«Superfruiter calcula que podría absorber el 10% de la cuota mundial del mercado de melón en un plazo de cinco años»
Apuesta por la sostenibilidad
Desde SuperFruiter aseguran que el cultivo de sus melones de menor tamaño favorece la reducción del desperdicio alimentario al adecuarse a las nuevas formas de consumo, con núcleos familiares más pequeños, así como al permitir un tipo de fruta que normalmente es de gran tamaño, en un formato snack. También calcula que es necesario un 30% menos de agua y de fertilizantes para el cultivo de sus melones.