Cientos de tractores han comenzado a bloquear desde primera hora de la tarde de ayer varias de las autopistas y carreteras nacionales que llevan a la capital, aunque también lo han hecho en otras grandes ciudades, como Marsella o Lyon.
«Presionar París es presionar al Gobierno», señaló de forma clara a EFE Maxime Lievin, tesorero de la sección regional del sindicato agrícola FNSEA, el principal del país, desde un puesto de bloqueo en Jossigny, que cierra al tráfico la autopista A4, que une París con el resto del país.
«Líneas rojas» del Gobierno
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo ya desde el domingo que no habrá «intervención» contra los cortes limitados de carreteras, pero dejó claro de que hay «líneas rojas» que los agricultores no pueden pasar: no se tolerarán bloqueos al mercado de abastos de Rungis, el mayor de Europa, o a los aeropuertos de la capital.
Desde esta mañana, una unidad antidisturbios de la Gendarmería equipada con tanquetas protege Rungis (al sur de París), donde se surten de productos frescos los comerciantes y restaurantes de toda la región de la capital, que tiene más de 12 millones de habitantes.
En total, unos 15.000 policías de distintos cuerpos están movilizados por todo el país para tener bajo control esta protesta, que está siendo permitida desde que comenzó hace casi dos semanas con el bloqueo de la autopista A64 en el sur del país el pasado día 18.
Intento de bloqueo al mercado de Rungis
Un convoy de tractores partió ayer de la sureña ciudad de Agen con el objetivo declarado de intentar bloquear el mercado de Rungis, aunque al ritmo de estos vehículos no llegarán hasta la noche de hoy, como mínimo.
Los agricultores claman por medidas tanto a nivel nacional como de la Unión Europea para rentabilizar sus explotaciones, reducir la burocracia y agilizar los trámites administrativos.
Entre otros puntos, piden la eliminación del barbecho obligatorio impuesto desde Bruselas, que se cumpla la ley que obliga a la industria agroalimentaria a pagar precios justos o un nuevo sistema más ágil para cobrar a tiempo (y no con más de un año de retraso) la subvención al gasóleo agrícola.
Sobre todo, afirman ser víctimas de una competencia desleal, ya que creen que muchos de los productos que entran del exterior no están obligados a cumplir las mismas exigencias sanitarias y ambientales que ellos deben respetar, algo de lo que culpan a la Unión Europea (UE) y al Gobierno francés.
Nuevas medidas del Ejecutivo desde hoy
El primer ministro, Gabriel Attal, celebró ayer una reunión de un grupo reducido del Gobierno, a cuyo término la portavoz del Ejecutivo, Prisca Thevenot, anunció que habrá nuevos anuncios ya desde hoy y en los próximos días.
Los líderes de los principales sindicatos agrícolas se reunieron con Attal en el Palacio de Matignon en un intento de avanzarles algunas de las nuevas medidas, aunque no está previsto que haya nuevas medidas.
Attal podría hacerlo en su discurso de política nacional previsto para hoy ante el pleno de la Asamblea Nacional.
La protesta se aceleró ayer después de que las medidas anunciadas por Attal el viernes pasado, en el departamento de Alto Garona donde comenzó la protesta, han sido consideradas insuficientes por los distintos sindicatos agrícolas, que han decidido aumentar la presión sobre el Ejecutivo.
Paralelamente a las medidas nacionales, el Elíseo dijo ayer que el presidente Emmanuel Macron planteará a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, una serie de cambios en la política agraria común, en particular sobre la obligación de dejar en barbecho un 4 % de sus tierras.
Además, Francia también quiere poner límites a la entrada de ciertos productos ucranianos, en particular pollos, huevos y azúcar, que se autorizaron sin aranceles y sin las reglas propias de la UE como medida de apoyo a Kiev por la invasión rusa de Ucrania.
Macron formulará estas peticiones durante el Consejo Extraordinario que tendrá lugar el próximo jueves en Bruselas.
Fuente: EFEAgro