Las licencias para la mejora de invernaderos crecen en El Ejido un 66% en lo que va de año
Durante el primer trimestre de 2017, se han aprobado un total de 139 peticiones de mejora y edificación de nuevas fincas, frente a las 92 del mismo periodo del año pasado
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El Ejido continúa registrando una importante tendencia al alza de fincas destinadas a la agricultura, de manera que, en lo que va de año, éstas han crecido en un 66% con respecto al año pasado. De esta forma, durante el primer trimestre de 2017 se han aprobado un total de 139 peticiones de mejora y edificación de nuevas fincas, frente a los 92 solicitadas correspondientes al mismo periodo de 2016. Un hecho que, además, lleva aparejado un incremento en el número de licencias para la puesta en marcha de infraestructuras agrícolas como son las balsas de riego y los almacenes de aperos. Sin duda, unas cifras que hacen de la agricultura el sector más próspero del municipio y el que crece a pasos agigantados, convirtiéndose en uno de los competitivos.
El concejal de Agricultura, Manuel Gómez Galera, ha valorado estos datos de «muy positivos ya que son el fiel reflejo de un sector fuerte, en continuo auge y expansión que, día a día, sitúan no sólo al municipio sino también a la provincia entre las ciudades más prósperas de todo el territorio nacional». Para el responsable municipal, «es bien sabido que nuestra agricultura representa el principal sostén económico de la ciudad, ya que hoy en día representa una importante fuente de ingresos y creación constante de empleo tanto en puestos directos como indirectos».
Gómez Galera ha remarcado que «es precisamente su alta tecnificación e innovación, junto a la producción de frutas y hortalizas sanas y de primerísima calidad, lo que lo sitúan como todo un referente en toda Europa». Este hecho, como bien ha remarcado, «se debe fundamentalmente a la inquietud de nuestros agricultores por estar a la vanguardia y hacer de sus fincas centros de trabajos que cuenten con las últimas innovaciones en materia de ventilación y humedad o cerramientos que garanticen la hermeticidad para el control de plagas, favoreciendo así la producción integrada». Se trata, por tanto, «de infraestructuras muy costosas y en las que los agricultores invierten mucho dinero con el objetivo de continuar adaptándonos a las necesidades y demandas de los mercados más exigentes».
Todo ello, refleja la actitud de un modelo agrícola cada vez más eficiente y rentable con la incorporación de I+D+I que pasa, también, por el ahorro energético, la sostenibilidad y el aprovechamiento de los recursos naturales; convirtiendo nuestra agricultura en una de las más avanzadas del mundo.