Las lluvias tan necesitadas por el campo valenciano van a tener terribles consecuencias para las cerezas. Este temporal tan largo, con tantas jornadas con precipitaciones y humedad, ha afectado a los árboles en época de floración y sus efectos serán muy perjudiciales, según publica el diario Las Provincias en su edición digital. Tanto es así que ya se augura una nueva temporada «catastrófica» y ya será la cuarta consecutiva, según ha recalcado Vicente Sanchis, presidente de la Cooperativa de Cerezas Montaña de Alicante, que tiene su sede en la Vall de Gallinera, en el núcleo de Al Patró.
Cuando comenzó el temporal, a principios de marzo, un 20% de la floración de los cerezos ya estaba en marcha. Si hubiera parado después de unos días, el agua habría resultado muy beneficiosa. Sin embargo, ya se acumulan muchos días de agua y de humedad, de manera que “la temporada será casi nula”, ha admitido con tristeza Sanchis.
El presidente de la cooperativa ha reconocido que el panorama “pinta mal”. Las continuas lluvias impiden que las flores cuajen. Tanta puede provocar que se pudra el capullo y ya poco se puede hacer. “No harán fruta, pero los cerezos quedarán espectaculares con tantas hojas verdes que tendrán”, ha añadido con cierta ironía.
Situación «insostenible»
En vista de que las precipitaciones todavía se alargarán algunos días más en la zona donde se encuentran los árboles, los agricultores que se dedican al cultivo de la cereza albergan pocas esperanzas. Especialmente si miran atrás y ven lo sucedido en los últimos años. Esta será su cuarta campaña consecutiva desastrosa, lo que les conduce a una situación “insostenible”, recalca Vicente Sanchis.
Las tres últimas temporadas han sido nefastas. A finales de mayo del pasado año la lluvia hizo estragos en la fruta. Todas las cerezas de la denominada media estación se agrietaron a puertas de su recolección. Eso impedía que se pudieran comercializar, tanto por su aspecto como por la rapidez con la que se pudren cuando están rajadas.
Un mes antes ya habían sufrido otro duro golpe. Entonces, además de lluvia, hubo humedad y niebla que echaron a perder buena parte de las primeras cerezas de la temporada, las de la variedad ‘Burlat’. Y en la anterior tan sólo envasaron 4.000 kilos, cuando en los buenos momentos se puede llegar hasta 1,5 millones.
Esta situación es insostenible para los agricultores. Escasos o nulos ingresos frente a unos costes altos que no paran de crecer. Según explica, mantener una hectárea de cultivo puede rondar los 3.000 euros, entre labrar, las podas y los productos fitosanitarios. El abono ha duplicado su precio respecto al pasado año y el gasóleo agrícola lo pagan a 1,90 euros el litro. “Si nos vimos apurados cuando los precios eran razonables, ahora no podemos aguantar”, ha apuntado.
Coste de los seguros
A ello hay que sumarle que las aseguradoras elevan las pólizas de los seguros y “son difíciles de asumir” cuando llevan varias cosechas catastróficas.
Por ello, al presidente no le sorprende que haya gente que esté abandonando la tierra. En el caso de la Cooperativa de Cerezas Montaña de Alicante, contaba con hasta 1.000 hectáreas, pero esa cifra ha ido descendiendo con los malos resultados.
Fuente: Las Provincias