Las exportaciones de Almería se desplomaron un 33% en plena crisis del coronavirus
Desde que se decretara el estado de alarma en nuestro país y en los principales mercados de destino, la demanda de frutas y hortalizas se ha reducido progresivamente.
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La crisis del coronavirus, y pese a lo que pudiera parecer tras la psicosis inicial en el consumo, no ha supuesto mayores ventas para los exportadores almeriense. Es más, desde la entrada en vigor del estado de alarma en nuestro país el pasado 14 de marzo (final de la semana 11) y, posteriormente, en otros países europeos como Alemania o Francia, el volumen de las exportaciones hortofrutícolas de Almería “se ha ido reduciendo de forma paulatina”, según los datos facilitados por Coexphal a la revista MERCADOS, que cifran en un 33% el descenso de estas ventas al exterior en la semana 13 (del 23 al 29 de marzo), con respecto a la misma semana del año pasado. Por destinos, “prácticamente todos sufren caídas similares, no existiendo diferencias significativas entre ellos”, explican desde la organización de exportadores.
En la semana 11, cuando se inició el estado de alarma, los volúmenes de exportación se mantuvieron prácticamente inamovibles en relación al año pasado, en parte, debido a una primera fase de acopio de productos de los supermercados. Superada esta fase inicial, ya en la semana 12 (del 16 al 22 de marzo) las exportaciones comenzaron a descender, una tendencia que se mantuvo hasta la semana 13.
Para entonces, “los consumidores estaban ya más tranquilos y racionalizaban sus compras”, recoge el informe del Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía relativo a la semana 13. Hasta el punto de que, según Coexphal, “las empresas están terminando ciclos productivos de otoño-invierno debido a la caída de la demanda para encarar la campaña de primavera”.
Durante los últimos días de marzo, la oferta de tomate almeriense se redujo entre un 10-20%, según la Junta de Andalucía, mientras que, en el caso del pimiento, lo hizo en un 5%. En lo que respecta al pepino, la fuerte demanda de Holanda, que ya cuenta con producción propia, hundió los precios del producto almeriense, adelantando así el final de su campaña.