Fiscalidad y promoción. Sin lugar a dudas, una rebaja fiscal sobre los productos ecológicos ayudaría a introducir la cultura de ‘comer sano’ en un país como España, donde el crecimiento del consumo de estos alimentos es inferior a la media europea. Esta ayuda supondría un gran paso hacia la generalización del consumo de ecológico en la sociedad y permitiría al sector competir con los alimentos convencionales, con menores costes.
Pero, para lograrlo, las autoridades deben ser las primeras en concienciarse sobre la importancia de fomentar el consumo y poner en marcha campañas que difundan sus beneficios para la salud y el medio ambiente.
Es por todos sabido que la Administración grava con impuestos especiales productos perjudiciales como el tabaco, el alcohol y, más recientemente, las bebidas azucaradas. Pues bien, parte de esos impuestos deberían destinarse a fomentar y ayudar a la producción bio, así como la venta de alimentos saludables, como son, en este caso, nuestros cítricos y fruta de hueso ecológicos.
“Hay consumidores que, según la categoría de producto, optan o no por el bio”
‘Convivir’ en el lineal. El ciudadano debe ser consciente también de que, por ejemplo, un limón convencional y otro bio son diferentes y, por tanto, tienen costes distintos. Esto no significa que el producto ecológico no tenga cabida en los supermercados discount, ni mucho menos, ya que se puede conseguir un precio de oferta por la compra de volumen, temporalidad o las citadas ayudas fiscales.
Y hablando de supermercados, las grandes superficies trabajan en ubicaciones para nuestros productos dentro de un área bio, algo que irá cambiando con el tiempo. Y es que hay estudios que afirman que existen consumidores que, según la categoría de producto, optan o no por el bio; es decir, pueden comprar carne bio, pero no le dan importancia en el caso de la pasta. Por todo ello, creo que los productos ecológicos deben convivir en el mismo lineal con los convencionales; ahora bien, el consumidor debe estar informado de que son diferentes.