La Asociación Profesional de Exportadores de Fruta de Castellón (Asociex), que integra a los principales operadores privados y cooperativas, exige mantener el acuerdo que obliga a alejar varios kilómetros las colmenas de las explotaciones citrícolas durante su época de floración. Sólo así, preservando esta regulación, se podrá impedir que en el futuro puedan repetirse ‘pinyolàs’ como las sufridas en el pasado. Campañas de infausto recuerdo en las que, por efecto de la polinización cruzada provocada por las abejas melíferas, se produjeron pérdidas multimillonarias como consecuencia del rechazo provocado por la presencia de pepitas en infinidad de frutos. Asociex alerta, en este sentido, que la aparición de semillas provocada por la actividad apícola afecta fundamentalmente a las clementinas que, según el último aforo autonómico oficial, acaparan más del 75% de la producción citrícola de la provincia. “Las magnitudes económicas entre la citricultura y la apicultura de Castellón no resisten comparación. No nos podemos permitir hundir nuestro mejor producto –que son las clementinas en general y la Nules en particular- por permitir la actividad de un sector ganadero que no acepta ser regulado, que trabaja en propiedad ajena beneficiándose del esfuerzo de terceros y sin compensar siquiera por los daños que genera”, señala contundentemente Jorge García Vicent, presidente de esta asociación.
Asociex reacciona así tras tener conocimiento de que la Conselleria de Agricultura podría estar considerando no renovar esta próxima primavera el Acuerdo del Consell, antes decreto, que desde hace décadas se viene promoviendo de forma consensuada con el sector para minimizar los efectos de la polinización cruzada en los cítricos. Los exportadores de la provincia advierten que las pérdidas que acarrearía esta decisión serían incluso mayores que las registradas en las históricas ‘pinyolàs’ del pasado (como la de 1993/94 o la de 1999/2000, entre otras de menor impacto) porque el consumidor ya se ha acostumbrado a disfrutar de las clementinas sin semillas. “Los europeos exigen variedades que sean fáciles de pelar, que sean dulces pero también que sean ‘seedless’ (sin semillas). Muchas madres, incluso, tienen aún presente el temor de que sus hijos puedan encontrarse en las clementinas aquellos huesos con los que podrían atragantarse. Si ahora cambiamos esos parámetros, no sólo perderemos prestigio como sector y se devaluará nuestro producto, sino que nuestra oferta será rápidamente sustituida por la de otros competidores que –como Marruecos- sí pueden ofrecer clementinas sin pinyol’”, insiste García Vicent.
La apicultura es una actividad trashumante. La gran concentración floral existente en primavera en las 35.000 hectáreas de plantaciones de cítricos existentes en Castellón convertiría a esta provincia en una suerte de ‘paraíso’ para los apicultores locales –profesionales algunos, a tiempo parcial, la mayoría- pero también para los foráneos. En tal situación, sin limitación alguna para ubicar sus colmenas y durante las pocas semanas de floración citrícola, la sobrepoblación de abejas melíferas amenazaría la actividad de otros insectos polinizadores. Diversos estudios, publicados en revistas científicas tan prestigiosas como Nature, y que actualizan el conocimiento adquirido a este respecto, han alertado sobre cómo la competencia entre abejas melíferas y silvestres sobre los recursos florales puede afectar negativamente a la población de las segundas, reduciendo en términos generales los efectos positivos sobre el ecosistema de su acción polinizadora global en la flora y menguando al mismo tiempo la fructificación de algunos cítricos y la de otros cultivos más necesitados de su acción (como los frutos secos, el caqui o el aguacate).
Asociex recuerda, así mismo, que las plantaciones de mandarinas híbridas que ahora el sector apícola pretende limitar o incluso arrancar –porque son las que, efectivamente, facilitan la polinización cruzada- han sido claves para descongestionar el mercado de las clementinas, cuya comercialización se concentra en un tiempo muy limitado, de noviembre a enero. Estas mandarinas han permitido prolongar la campaña de comercialización hasta incluso mayo con una oferta mejorada, relanzando la posición competitiva global de la citricultura española y castellonense. “Pretender regular y restringir ahora estas variedades, que tanto nos han dado, mientras los apicultores se niegan a ordenar su propia actividad ganadera e implantar un chip de geolocalización para así poder ubicar sus colmenas es un perfecto despropósito”, concluye el presidente de Asociex.