De acuerdo con la legislación de la UE y a falta de la mayoría requerida, la Comisión Europea dijo en un comunicado que la decisión debe tomarse antes del 15 de diciembre de 2023, cuando expira el actual período de aprobación. La Comisión, en colaboración con los Estados miembros, se compromete ahora a renovar la aprobación del glifosato por un período de diez años. Esta propuesta llega tras el informe de un regulador europeo que estimaba que el nivel de riesgo no justificaba la prohibición de este herbicida.
Sin embargo, en el marco de la renovación se prevén “nuevas condiciones y restricciones”, en particular la prohibición del uso de glifosato para la desecación, es decir, el esparcimiento destinado a secar un cultivo antes de la cosecha.
La controversia en torno al glifosato ha persistido desde que, en 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud lo clasificó como un «probable carcinógeno». Sin embargo, en julio la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dijo que no había identificado ninguna «área de preocupación crítica» en humanos, animales y el medio ambiente que impidiera la autorización del herbicida. Sin embargo, esto fue acompañado por el reconocimiento de una falta de datos.
La votación del 16 de noviembre no resultó en una mayoría cualificada para validar o rechazar la propuesta de la Comisión. En esta votación se abstuvieron siete países, entre ellos Francia, Alemania e Italia. Esta falta de consenso refleja la continua polarización en torno al uso de glifosato, lo que ilustra las diferencias de opinión dentro de los estados miembros de la UE.
Controversia
La decisión de renovar la autorización del glifosato por un período de 10 años genera preocupaciones y reacciones encontradas. Algunos ven esto como una medida necesaria para garantizar la seguridad alimentaria y la estabilidad agrícola, mientras que otros destacan los riesgos potenciales para la salud humana y el medio ambiente asociados con esta sustancia. Esta cuestión sigue estando en el centro de las preocupaciones públicas y continúa dividiendo a los actores políticos, científicos y ambientales. El próximo período será crucial para monitorear la implementación de las nuevas condiciones y restricciones propuestas, así como para evaluar el impacto general del glifosato en la salud y el medio ambiente.