LA UNIÓ Llauradora pide a la Comisión Europea que inicie una investigación por posible dumping comercial de los cítricos de Egipto en el mercado comunitario y lo argumenta en base al Reglamento (UE) 2016/1036 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de junio de 2016, relativo a la defensa contra las importaciones que sean objeto de dumping por parte de países no miembros de la Unión Europea.
LA UNIÓ indica que durante los meses de enero a abril hay una presencia significativa en los lineales de las grandes cadenas de distribución europeas de cítricos procedentes de Egipto. Esa competencia afecta a nuestra campaña que hasta hace unas semanas tenía un comportamiento positivo y ahora se resiente con las importaciones de naranjas de Egipto.
Los envíos masivos de naranjas egipcias a los mercados comunitarios provocan un solapamiento evidente con las variedades de los países productores de la Unión Europea. En este sentido, la UE es un mercado único y el hecho de que las importaciones egipcias sean más predominantes en algunos Estados miembros que en otros no implica que estos productos no compitan en el mismo mercado, entre sí y con la producción interna de la UE.
En este sentido, entre enero y septiembre de 2022 se importaron 238.000 toneladas, siendo ya el segundo país importador. Es en los primeros meses de cada año cuando la presencia de naranjas egipcias es más que relevante en los lineales de los supermercados europeos. En 2022, en estos meses fueron 133.206 toneladas las que inundaron estos lineales que pusieron, y lo están haciendo esta campaña, en clara desventaja a la producción europea de variedades de naranja. Si las importaciones las ampliamos hasta el mes de junio, que es prácticamente el final de la campaña española de recolección, estas importaciones se incrementan hasta las 206.000 toneladas.
Los precios de los cítricos de Egipto son inferiores a los europeos. El precio de una Navel en un supermercado egipcio está alrededor de los 0,26 euros el kilo, el de la variedad Valencia a 0,15 euros el kilo. Las variedades de naranjas egipcias, Valencia o Navel, se ponen en los puertos europeos a unos precios que rondan los 0,55 euros el kilo, que es un poco menos que el precio que nuestras naranjas tienen a la salida de los almacenes.
Estos precios son posibles entre otras cosas porque el salario mínimo interprofesional en Egipto durante el pasado año fue de 168,60 euros (12 pagas) al mes, mientras en España fue de 1.000 euros (14 pagas). La diferencia de SMI anual es evidente, de los 2.023 euros en Egipto por los 14.000 euros en España. El SMI egipcio está muy por debajo del salario de los países productores de cítricos de la UE. A esto hay que añadir que Egipto no cumple con los convenios internacionales del trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) porque prohíbe el reconocimiento oficial de los sindicatos independientes, por lo que LA UNIÓ ya propuso la suspensión automática de importaciones a la Unión Europea por este motivo.
Las importaciones de cítricos procedentes de Egipto, como las de otros países terceros, tienen unos estándares medioambientales y de fitosanitarios muy inferiores a los europeos y eso les facilita también producir muy barato. LA UNIÓ propone desde hace tiempo la reciprocidad en las formas de producción y en el uso de productos fitosanitarios.
El problema ya no es ahora únicamente, sino a futuro. Egipto tiene plantados un total de 23.910.000 naranjos, de los que 13.910.000 árboles ya están en producción y el resto todavía no lo ha hecho. Para la actual campaña tiene una previsión de producción de 3,6 millones de toneladas de variedades de naranjas y cuando entren en producción el resto de las plantas la producción se disparará todavía más. Cabe señalar que las exportaciones de naranjas egipcias representaron el 83,2% del total de sus exportaciones citrícolas en la campaña 2021/22, cifras que coinciden con su producción. Sus principales mercados exteriores son la Unión Europea, Arabia Saudita y ante el bloqueo a Rusia por su invasión en Ucrania, este país se ha convertido en una clara oportunidad para Egipto.