Las unidades familiares son cada vez más pequeñas y, cómo no, las casas de semillas no permanecen ajenas a esta realidad. Tanto es así que, en el caso de la sandía, los calibres medianos ya se han hecho con el mercado y los nuevos desarrollos continúan reduciendo los tamaños hasta alcanzar los denominados calibres unipersonales. Así lo pudimos comprobar hace unos días durante nuestra visita a los ‘Watermelons & Melons Experience Days’ de Hazera España en Cartagena (Murcia), donde nos reunimos con José Manuel López, su responsable de Desarrollo.
Como novedades esta campaña, la casa de semillas cuenta con tres variedades con tamaños diferentes, la más pequeña, Lynx, una sandía negra sin semillas (piel similar a una Crimson, pero más oscura), de carne roja, crujiente y con buen sabor que apenas alcanza los 1,5 kg y que viene a cubrir una demanda creciente: “Las familias tienen menos miembros y también hay mucha gente que vive sola y quiere consumir un producto diferente y en un solo día”, como comenta López.
En mini rayada, la novedad es Ocelot, una sandía de entre 2 y 2,5 kg muy cultivada en ecológico en Níjar (Almería), ya que sector demanda, precisamente, variedades con un tamaño más contenido.
Margay es, por su parte, la sandía de mayor calibre de las mostradas, de unos 4 kg, productiva, con facilidad de cuaje, homogénea, de carne crujiente y muy consistente, de modo que se adapta tanto a su consumo en fresco como procesado. Su piel es más oscura que la de otras rayadas, seña de identidad de la gama de sandías de Hazera.
Todas estas variedades, además de otras como Cheetah o Leopard, están adaptadas a su cultivo al aire libre y en contraestación, en países como Brasil. “Son sandías muy flexibles, que se pueden producir durante todo el año en distintas zonas, garantizando a los supermercados fruta de la misma calidad durante el mayor tiempo posible”, afirma López. Asimismo, destacan por piel gruesa, buena conservación y calidad interna.
Actualmente, trabajan en la incorporación de resistencia a Oídio.
En melón, especialidades
Para recuperar su mercado, en Hazera tienen claro que es fundamental garantizar un producto de calidad homogénea durante el mayor número de meses y este es uno de los objetivos en los que han puesto el foco. “Seguimos desarrollando variedades larga vida con ciclos de producción también más largos, pero que mantengan un buen sabor”.
Junto a ello, desarrollan materiales para esos consumidores que buscan un producto distinto. En esta línea, cuentan con un melón Cantaloupe Golden, aparentemente lo es, pero de piel dorada en lugar de verde y carne naranja. Melones como este, según apunta López, están pensados para ser trabajados en exclusividad por empresas que quieran diferenciarse de su competencia.