LA UNIÓ de Llauradors detecta que las grandes cadenas de distribución que operan en los mercados europeos están comprando por estas fechas mucho menos volumen de naranjas Navelina que el pasado año y a un precio además bastante más bajo del habitual.
En estos momentos, las cotizaciones rondan una media de 0,15 €/kg en campo, cifra ridícula que es ruinosa para los agricultores y que se sitúa por debajo incluso de los costes de producción, cuando el pasado año por estas mismas fechas eran del doble aproximadamente. Con el aumento de costes tan importantes como la electricidad, fertilizantes o combustible, la campaña de la variedad de naranja más importante de la Comunitat Valenciana podría ser desastrosa si no se endereza el rumbo.
Gran parte de la culpa de esta situación podría obedecer a las importaciones masivas de naranjas de terceros países, fundamentalmente en estos meses desde Sudáfrica. Las grandes cadenas de distribución europeas e importadores han hecho acopio de naranja de Sudáfrica y la tienen almacenada, taponando la salida comercial de nuestra naranja.
El actual acuerdo comercial de la UE con Sudáfrica -en vigor desde junio de 2016-, y que hay que revisar este año, permite que las naranjas sudafricanas entren en los mercados europeos desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre (anteriormente era hasta el 15 de octubre), con una reducción progresiva de aranceles de entrada que en 2025 desaparecerá definitivamente esa obligación de pagar derechos de entrada al mercado comunitario.
La incidencia sobre el sector citrícola valenciano, español y europeo de la aplicación de este punto concreto del Acuerdo ha traído consecuencias muy negativas, tanto desde el punto de vista económico -objetivo del Acuerdo- como fitosanitario y que se exponen ampliamente y de forma justificada en los siete informes técnicos de LA UNIÓ entregados en Bruselas y que son la base de la justificación de una revisión del mencionado acuerdo.
Esta ampliación del período de importación supone, a juicio de LA UNIÓ, la posibilidad de entrada de altos volúmenes de cítricos en los últimos días de esas nuevas fechas, de forma que provoquen la presencia de naranjas sudafricanas en los mercados hasta más allá de Navidad, con clara afección directa a las producciones europeas como es el caso ahora. La posibilidad de entrada de naranjas procedentes de Sudáfrica durante un mes y medio más es una herramienta evidente de presión de los precios a la baja en origen en manos de los intermediarios.
LA UNIÓ señala que este acuerdo se encuentra ya en periodo de revisión durante dos meses y que ahora es el momento de introducir cambios, como sería por ejemplo reducir de nuevo el periodo de importaciones una vez que se ha demostrado que hay un solapamiento claro que perturba los precios de los cítricos europeos y volver también a instaurar aranceles a las importaciones a partir del 15 de octubre. La organización cree que hay que analizar en profundidad su repercusión comercial, así como las consecuencias fitosanitarias que existen sobre el sector citrícola europeo. Durante ese periodo, Sudáfrica ha sido además uno de los países con mayores rechazos de envíos de cítricos por plagas en la UE, por lo que la entrada de un organismo nocivo desconocido sería letal para la citricultura europea.
LA UNIÓ aboga también para que se declaren ya de forma oficial los cítricos como producto sensible, tanto en la renovación del acuerdo comercial de la UE con Sudáfrica como en otros acuerdos con países terceros. El objetivo sería proteger al sector citrícola en este tipo de negociaciones si el país tercero tiene también cítricos que desea exportar al ámbito de la UE.