Cuando hace un año y medio Sakata se fijaba en el perfil de Ignacio consciente de los retos que tiene la empresa en el medio plazo, lejos de buscar un perfil experimentado y con una larga trayectoria, pensó en alguien local con gran potencial y que fuese el responsable de la renovación e incorporación del talento joven a la casa de semillas.
Ignacio Ortega nació en Almería, de familia hostelera, se matriculó en la Universidad de Granada para estudiar Económicas, posteriormente realizó unas prácticas en Endesa como auditor al acabar la universidad. Pero este sector no llamó la atención del almeriense, donde realmente vio un futuro fue en los recursos humanos, donde gracias a la oportunidad que le brindó Alfonso Villarroel, gerente de Villarroel & Hunter en Madrid, donde inició su trayectoria laboral en este campo. Tras algo más de año y medio vuelve a Almería para formar parte de la multinacional Cosentino, especializada en la producción y distribución de superficies para la arquitectura y el diseño. Allí ha desarrollado gran parte de su carrera como miembro del equipo de selección de personal a nivel internacional.
Sin embargo, hace un año y medio le ofrecieron un proyecto diferente y atractivo desde Sakata, la casa de semillas necesitaba profesionalizar su departamento de recursos humanos. “Me transmitieron que buscaban un joven experimentado con una visión diferente, podrían haber optado por un perfil más senior y con mucha experiencia, pero para la incorporación de nuevos perfiles quizá yo encajaba más” comenta Ortega. Para quien este sector que era hasta entonces desconocido “fue una gran sorpresa conocer todo el valor añadido que aporta una industria tan arraigada en mi tierra”. Tanto el potencial de crecimiento como la ciencia que hay detrás de todas las empresas del sector y en concreto de las casas de semillas fueron aspectos decisivos para que los intereses de Ignacio y Sakata confluyesen en este nuevo proyecto.
En este tiempo ha podido constatar que el relevo generacional se está produciendo y no solo eso, sino que además ve “brotes verdes”, y es que la mujer se está incorporando a un sector tradicionalmente masculino, como el hortofrutícola y primario. “La ingeniería agrícola ya no es una carrera solo de hombres, sino que ellas se han abierto camino, nosotros por ejemplo de las últimas cinco incorporaciones, cuatro son mujeres y para nosotros es importante poder contar con perfiles tan potentes” explica Ortega, consciente de la desigualdad que hay en el mercado laboral. A pesar de ello, es optimista con esta progresiva evolución y desde su posición ofrecer igualdad de oportunidades va siempre a significar un valor importante como empresa.
El principal reto al que se enfrenta en Sakata es el de desarrollo de este departamento y ayudar a incorporar a la empresa talento en condiciones de igualdad, “creo que hay que dar una oportunidad a los jóvenes, es difícil darles estabilidad pero tenemos que trabajar eso, pero no solo eso sino también en Sakata intentamos reflejar una serie de valores y una sostenibilidad laboral con la que nuestros trabajadores se sientan identificados”, Ortega considera que los trabajadores tienen que “sentir la camiseta” para que la relación laboral sea fructífera y duradera.
También es crítico y analiza las mejoras que tienen que revertir en el sector y destaca el desconocimiento de los jóvenes del mundo hortofrutícola, “no conocen el sector no saben que por ejemplo hay en Vícar una estación de investigación valorada en más de cinco millones de euros”, Ortega cree que es fundamental poner en valor el polo de innovación que suponen las frutas y hortalizas en Almería.