La mejora genética contribuye a la sostenibilidad del cultivo. SEMILLAS FITÓ
Es el camino que se marca Semillas Fitó para los próximos años, a través de una mejora del rendimiento del cultivo de tomate, además de la máxima calidad, que ayude a minimizar los recursos, proporcionando siempre una mayor rentabilidad.
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Entrevista a Germán Anastasio, Global Crop Coordinator de Tomate en Semillas Fitó.
¿Cómo trabajan en términos de rentabilidad durante todo el proceso de creación de una semilla?
Es un proceso muy largo (alrededor de diez años) que pasa por numerosos filtros, de modo que, al final, solo llegan al mercado menos del uno por mil de todas las variedades que empezaron. Se intenta acortar el proceso mediante el uso de tecnología, pero siempre hay un margen de incertidumbre, puesto que hay que hacer una proyección sobre cuáles serán las necesidades del mercado dentro de diez años. Y aunque se hace uso de herramientas de business intelligence, no existe una bola de cristal que te pueda decir cuál será exactamente la demanda entonces.
La mejora del sabor es clave para poner en valor el tomate, pero ¿qué otras líneas de desarrollo tienen en marcha?
La mejora del sabor en el tomate constituye, por así decirlo, la parte más visible y que da más notoriedad al cultivo. Sin embargo, no hay que olvidar que esta mejora en la calidad se debe a la mejora genética, la cual también es responsable de la diversidad de oferta que tenemos hoy en día. Sin ir más lejos, la UE acaba de publicar un estudio muy interesante en el que cuantifica los beneficios que ha aportado la mejora genética durante estos últimos veinte años y se muestra que no solo ha producido efectos económicos y sociales positivos, sino que también genera un menor impacto medioambiental. En particular, ayuda a salvar los escasos recursos de la tierra en todo el mundo al generar mayores rendimientos por hectárea y genera un gran efecto positivo en la biodiversidad. Además, hay que tener en cuenta que, en ausencia de fitomejoramiento, es decir, si no hubiera intervenido la mejora varietal para aumentar el potencial productivo de los cultivos hasta los niveles actuales, necesitaríamos aumentar la superficie agrícola mundial en más de 21,5 millones de hectáreas de cultivos herbáceos para producir lo mismo que en 2020.
Por lo tanto, el fitomejoramiento también contribuye a preservar los hábitats naturales y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) resultantes de una expansión de la superficie mundial. El mismo estudio estima que las tasas anuales de crecimiento del rendimiento inducidas por el fitomejoramiento del cultivo de tomate en la UE entre 2000 y 2019 representan el 1,68 en porcentaje, lo que supone un éxito enorme en un plazo corto de tiempo.
El COVID-19 ha dibujado un nuevo perfil de consumidor. ¿Cómo adaptan sus variedades a las nuevas demandas?
La crisis de la pandemia ha ocasionado que el consumidor sea más consciente de aspectos como lo saludable, la sostenibilidad y la seguridad, es decir, se ha vuelto más exigente en lo que busca y lo que está dispuesto a pagar. Esta tendencia ha venido para quedarse y nuestro trabajo es seguir ofreciendo una gama de variedades que den respuesta a la prioridad de cada consumidor.
La diversificación de la categoría se ha intensificado en los últimos años. ¿Sigue siendo la estrategia más recomendable?
Desde mi punto de vista, esta estrategia responde a una madurez del mercado, que busca una oferta amplia en la categoría para dar respuesta a las necesidades particulares de cada consumidor y uso. Lógicamente, esta es una tendencia que no puede ser ilimitada, puesto que el retail tiene sus propias restricciones. Tampoco hemos de olvidar que seguirá habiendo una necesidad de producto genérico que convivirá con el premium y donde ninguno acabará por sustituir al otro de ningún modo.
El tomate verde ha pasado de ser la primera a la quinta referencia en los lineales. ¿Representa esto un cambio en la demanda de las tipologías de tomate?
Es un buen ejemplo de la tendencia a la diversificación. Hoy en día es cierto que hay más referencias y oferta en el tomate que hace diez años. En aquel momento, si buscabas un tomate para ensalada en los lineales, encontrabas solo este tipo, mientras que actualmente la oferta es mucho más amplia. En los últimos años han ido llegando a las lineales variedades que ofrecen un buen equilibrio entre calidad y precio y que amplían la oferta para el consumidor, lo que ha acabado afectando al consumo de tomate verde en general.
Sin embargo, nosotros en Fitó lo vemos de otro modo, creemos que se puede ofrecer un producto de calidad dentro de esta tipología y la prueba de ello es la variedad Carbonero que aúna un excelente sabor con una gran presencia de tomate verde otro modo, creemos que se puede ofrecer un producto de calidad dentro de esta tipología y la prueba de ello es la variedad Carbonero que aúna un excelente sabor con una gran presencia de tomate verde tradicional convirtiéndose en un referente de tomate de ensalada de calidad.
¿Cree que la innovación en gran consumo es necesaria ante los nuevos retos del sector?
El consumidor tras la pandemia se ha vuelto más consciente y exige más, pero del mismo modo, debe velar por su economía porque tiene ahora más dificultades para llegar a fin de mes, por lo que hay en el gran consumo una vuelta al producto más económico y genérico. Es una tendencia que toda la distribución conoce y está adaptándose a este entorno. En nuestro caso, debemos seguir trabajando en la misma línea que hasta ahora: la innovación es un plus, pero no podemos restringirnos solo a la innovación disruptiva.
Esta nos traerá notoriedad mediante los conceptos y marcas como Nippo o Monterosa Collection, pero debemos seguir innovando de una forma acumulativa, como ha sido siempre, en el camino de la mejora vegetal. Así es como se explica que en la UE el incremento del rendimiento del tomate atribuible a la mejora sea de cerca del 2% en los últimos veinte años. Es el camino que debemos seguir. En esta línea, hemos de concentrar los esfuerzos en la sostenibilidad del cultivo. Hay que seguir trabajando en reducir los insumos de fertilizantes, productos fitosanitarios y las necesidades hídricas, sin descuidar los aspectos nutricionales y de calidad. Nuestra contribución debe ayudar a rentabilizar el cultivo, a la vez que se incrementa la calidad que recibe el consumidor.
¿Cuáles son las variedades que destacan en su portfolio de tomate?
El equipo de Foodture ha alcanzado un gran éxito y visibilidad para la empresa con la línea Monterosa, que ha sido nuestro buque insignia para la entrada a este mercado de valor añadido y que ha obtenido reconocimiento internacional y premios como el de Innovación Hortofrutícola. Este principio ha tenido su continuidad en la Monterosa Collection, que consiste en ofrecer una gama de color con las mismas características que el original.
El nuevo proyecto es el tomate Nippo, que constituye una auténtica experiencia sensorial y, como han reconocido reputados chefs, es el primer tomate “fondant” que se puede encontrar en el mercado.
Estamos también muy satisfechos con el nivel sensorial alcanzado por nuestras variedades de cherry pera Solemio y Mulan, que lanzamos al mercado. Los paneles de cata han refrendado que tienen el nivel premium de sabor y que pueden competir con las referencias del segmento. Asimismo,Albarado, de tipología Raf que hemos lanzado este 2021 para el segmento de tomates para ensalada y con el que ya hemos conseguido muy buenos resultados esta campaña.
Por último, no nos podemos olvidar de variedades de tomate como Carbonero, un tomate verde que nos devuelve el sabor del tomate tradicional, y Ateneo, la referencia en tomate rama para exportación que en tan solo seis campañas ya ha llegado al millón de toneladas de producción.
“Este 2021 han lanzado su Raf Albarado, para el segmento de tomates para ensalada”
“El crecimiento de la categoría da respuesta a las necesidades particulares de cada consumidor y uso”
“Seguirá habiendo una necesidad de producto genérico que convivirá
con el premium”