Grecia ocupa la cuarta posición de los productores de fruta más importantes de la Unión Europea (UE) y el décimo de verduras, con un volumen de 2.774.000 Tn y 1.540.000 Tn, respectivamente, y con una tasa de exportación a la UE del 28% (1,2 millones de Tn).
Centrándonos en las hortalizas, la mayor parte de su producción se cultiva bajo invernadero y se destina, principalmente, al mercado nacional, ya que la tasa de exportación de estos productos en Grecia representó solo el 12% en 2021, según datos del European Statistic Handbook de Fruit Logistica, siendo sus principales destinos Rumanía, Bulgaria y Alemania.
Muestra de esta producción se encuentra en Creta, la isla más grande del país, con unos 254 km de longitud de punta a punta, que ofrece, además de aceite y variedad de frutas, las principales hortícolas de invernadero. Esta isla goza de 250 días soleados al año y, más allá de su interés turístico, reúne las condiciones típicas del clima mediterráneo para el cultivo de hortalizas de alta calidad.
Así, y gracias al proyecto Mediterranean Combo, recorrimos las diferentes zonas de producción de la isla para visitar las cinco cooperativas adscritas a este programa de promoción europeo, que buscan crecer y desarrollar sus marcas en los mercados exteriores junto a la Asociación Española del Kaki en nuestro país. Estas suman unas 23.000 Tn de tomate, principalmente tipo rama, beef y cherry pera; pepino tipo Almería y mini; pimiento italiano y variedad Kerato; así como berenjena, que cubren por lo general la temporada de octubre a junio.
La realidad del campo cretense
La primera parada fue en la cooperativa de mayor volumen de las cinco, Anatoli, y la que más oferta destinaba a la exportación (70%). Su actual y antiguo presidente, George Karalakis y Xenofontas Douloumis, respectivamente, nos mostraron sus instalaciones ya a final de la temporada, con solo una línea de manipulado funcionando, y nos explicaron que trabajan mediante un sistema de subasta privado digitalizado: “Cada cliente puja por el producto y gana el mejor postor”.
Tanto Anatoli como las dos siguientes cooperativas, Kamiros y Nótos Fresh, se encuentran en el punto más meridional de Europa (Ierapetra), cuya zona ha registrado un invierno duro, con un exceso de lluvias y bajas temperaturas que han provocado importantes mermas en el cultivo. “Esta campaña hemos tenido una reducción de al menos el 30% del volumen de hortícolas debido a la adversa climatología”, señaló el responsable de Kamiros, Mixalis Zampatakis. Al haber menor oferta, “los precios han sido más altos”, aunque la subida de los costes de producción no les ha permitido obtener una mayor rentabilidad. De hecho, este incremento ha sido tan acusado –de entre un 50 y un 80% en relación al año anterior, según las cooperativas- que está poniendo contra las cuerdas al sector cretense, que busca soluciones para poder ser más competitivo.
Entre ellas, destacan los sistemas de recogida de agua de lluvia que tiene implementados cada invernadero, con un estanque anexo para aprovechar el recurso para el riego. Así, logran reducir el alto coste que supone el riego en la isla, que tiene escasez de agua, además de contribuir a minimizar el impacto medioambiental. En esta línea, la producción bajo sistemas de control biológico parece estar introduciéndose en los invernaderos, pero no está implementado al 100% aún. Está costando más en el cultivo del tomate por la incidencia de la Tuta absoluta en la zona, que les obliga a utilizar tratamientos fitosanitarios para combatirla.
A esta dificultad se suma la escasez de mano de obra, tal y como denuncia el gerente de Notos Fresh, Prokopis Pantazis: “El coste del jornal ha subido un 30% debido a la ausencia de trabajadores en la zona, porque se van al sector turístico”. Quizás también contribuya el hecho de que no completan el ejercicio con otros cultivos, sino que en la temporada de verano cesan su actividad a meros trabajos de desinfección y mantenimiento de las tierras, como señaló Adonis Tsotsonis, de la cooperativa Falasarna.
En definitiva, son pequeños productores que no tienen la capacidad productiva para mecanizar sus centrales de manipulación, tal y como reconoce Emmanuel Darakis, gerente de Koudoura. Quizás si se unieran podrían ganar en volumen y competitividad para poder seguir adelante ante este contexto de altos costes e incertidumbre comercial, siguiendo el ejemplo de muchos productores de hortícolas de Almería. Además, su cercanía a Turquía, uno de sus principales países competidores y gran productor agrícola, supone un importante riesgo contra el que deben actuar.
Confiamos en que sigan trabajando por ofrecer calidad y contribuir al desarrollo de una producción europea segura y garantizada, que perpetúe la dieta mediterránea en pos de la salud de los consumidores.
Anatoli (Ierapetra, 2001)
· Pepino (mini Knossou y tipo Almería), tomate (Beef, cherry rama y pera Velanidi), pimiento verde (Kerato), California verde y rojo italiano (Florini), berenjena (Flaska)
· 12-15.000 Tn
· 120 ha
· 150 socios agricultores
· Marca: Anatoli
· 70% exportación.
Koudoura (Chania, 2000)
· Tomate, pimiento, berenjena, pepino
· 2.050 Tn
· 20 ha
· 30 socios agricultores
· Marca: Koudoura
· 30% exportación
Kamiros (Ierapetra, 2006)
· Tomate (beef, cherry pera), pimiento (Kerato), pepino (mini Knossou), berenjena
· 4.000 Tn
· 30 ha
· 45 socios agricultores
· Marca: Kamiros
· Mercado
Nótos Fresh (Ierapetra, 2006)
· Tomate rama, rosa, Kumato y cherry pera
· 1.500 Tn
· 45 socios agricultores
· 25 ha
· Marca: Nótos Fresh
· 20% exportación.
Falasarna (Chania, 2006)
· Tomate beef, suelto y cherry pera, pepino
· 2.000 Tn
· 30 socios agricultores
· 22 ha
· Marca: Falasarna
·Mercado nacional.