Tras una primera muestra realizada en el mes de abril, ocho meses después se ha vuelto a consultar a 5.285 consumidores (1.307 de ellos españoles), constatando que la situación es bastante peor.
En el caso de España, los hogares que atraviesan dificultades económicas han pasado del 23% al 35% en los últimos ocho meses. Apenas un 15% de los encuestados considera que tiene una situación económica cómoda, cuando en abril ese porcentaje era muy superior, el 28%. Por último, el 50% sigue considerando que sus ingresos son suficientes para llegar a fin de mes (mismo porcentaje que en abril).
La mayoría de los consumidores se ven obligados a recurrir a sus ahorros para llegar a final de mes (60%), otros han tenido que pedir dinero a familiares y amigos (32%) o solicitar un préstamo al banco (18%).
Pero, ¿qué hábitos alimentarios han cambiado? El 69% de los encuestados prioriza la compra de productos en oferta, bien primando las marcas blancas (66%) o bien los súper low cost (53%). Al mismo tiempo, se está reduciendo el consumo de productos frescos, como la carne y el pescado (32%), pero también las frutas y verduras (18%) y productos como dulces, alcohol o aperitivos, entre otros (58%).
Por el contrario, se incrementa el consumo de productos de amplia vida útil, como los alimentos envasados y congelados (28%).
La inflación también está promoviendo nuevos y obligados hábitos de consumo domésticos en el ámbito de la energía en nueve de cada diez hogares. El más común, apagar la luz cada vez que se sale de una estancia (72%), pero tampoco es raro reducir las horas de calefacción (63%), desenchufar el cargador del móvil o de la tablet cuando no se usan (59%) o incluso acortar la duración de la ducha o darle preferencia frente al baño (51%).
Además, se está reduciendo el gasto en ocio y hostelería (87%), en ropa y complementos (84%), en viajes (84%), en actividades culturales (80%) y en el uso del coche (74%). Pero también se está mermando en el presupuesto doméstico para prácticas deportivas (60%), formación (45%) y atención sanitaria (41%), en concreto a lo que corresponde al dentista, al fisio o a las consultas y pruebas diagnósticas.