La fruta española vuelve al suelo en Perpignan
Un año más, los fruticultores españoles tienen que ver como melocotones, nectarinas y albaricoques son destruidos por parte de los agricultores galos.
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Menos de un mes después del encuentro entre los Gobiernos de Francia y España y cuando se cumplen unos pocos días desde la última reunión del comité que trata de poner en común los problemas del sector hortofrutícola de Francia, España e Italia, agricultores galos han vuelto a llevar a cabo un ataque contra las producciones españolas.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha condenado duramente la acción y ha mostrado su frustración. “Pedimos que los ataques fueran cosa del pasado y sin embargo vemos que están de plena actualidad”, han señalado.
El ataque se ha producido esta madrugada, cuando una veintena de agricultores han lanzado decenas de toneladas de melocotones, nectarinas y albaricoques delante de una tienda Leader Price que se encuentra en las proximidades del mercado mayorista de Saint Charles, a las afueras de Perpignan.
Los franceses protestan porque las mercancías españolas llegan sin precio y sin contrato a su mercado. Precisamente la principal queja de los agricultores españoles, que demandan desde hace años un contrato obligatorio y homologado para vender su fruta. Se estaría produciendo, a juicio de UPA, la “paradoja absurda de agricultores a uno y otro lado de los Pirineos luchando entre sí, cuando los culpables –y principales beneficiarios- serían los intermediarios y la distribución”.
UPA ha exigido al Ministerio de Agricultura una protesta diplomática formal por este nuevo ataque y una reunión urgente, en el seno de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), para promover el fin definitivo de la venta a resultas –en la que el agricultor entrega el producto sin saber cuánto va a cobrar- tanto en las operaciones nacionales como en las de exportación.
También han requerido a las autoridades francesas que persigan, tal y como se han comprometido en diversas ocasiones, este tipo de acciones. Así mismo, han apelado a la Unión Europea, para que vele por la libre circulación de mercancías, un derecho básico europeo que se está viendo “continuamente cercenado”.