La fresa de Huelva, más temprana este año

La fresa sigue siendo una vez más el santo y seña del cultivo de primor en la provincia de Huelva, que ve con incertidumbre el desarrollo de las condiciones atmosféricas tras un otoño aciago en precipitaciones y con temperaturas especialmente altas. El cambio climático del que todos hablan parece quedar menos lejano de lo que muchos pronosticaban y en el sector no son pocos los que reconocen abiertamente su temor a cómo responderán fortuna, primoris, rociera, rábida, victory y san andrea (las principales variedades de fresas que copan el mercado en la provincia de Huelva) a los azares del tiempo.

Rafael Domínguez, gerente de Freshuelva, destacó que «en estos días finalizará en toda la provincia la fase de plantación de fresas y frambuesas». En consecuencia, aún es prematuro pronosticar cómo va a afectar la ausencia de lluvias al inicio de la campaña, si bien sostiene que «la planta necesita para desarrollarse adecuadamente unas temperaturas más frescas, como las que ya se están registrando estos últimos días, pero también la humedad que aporta la lluvia». Por esta razón mostró su deseo de que cambie la tónica con el objetivo de «llegar con las primeras fresas a los mercados en Navidad».

Aun así, la agricultura siempre ha tenido como gran incertidumbre el curso del tiempo. El presidente de la Plataforma en Defensa de los Regadíos, Cristóbal Picón, afirma que «existe una parte positiva» en este atípico clima caracterizado por los días soleados, temperaturas apacibles y total ausencia de nubosidad. Esta concatenación de factores permitirá, según el representante del sector, «un adelanto de la campaña», lo que podrá traducirse en una importante recogida de fruta en fechas en las que la cotización es más alta. La otra cara de la moneda la encontramos en quienes carecen de agua superficial de riego y tienen que abastecerse de los pozos, que están sufriendo ya escasez de precipitaciones, sobre todo en el Condado.

Aunque Freshuelva ha eludido dar datos oficiales sobre la superficie plantada de fresas hasta que esta fase finalice en toda la geografía onubense, los responsables de las principales cooperativas consultadas por este periódico coinciden en afirmar que las cifras estarán parejas a las del pasado año (5.460), si acaso con un posible y poco significativo incremento. La razón es que las hectáreas plantadas ya bajaron en un 7% en la pasada campaña con respecto a su homologa del 2015/2016. A pesar de ello los resultados fueron satisfactorios al lograrse una producción de 302.500 toneladas y facturarse un 7% más, gracias a un incremento del 10% en el precio medio que permitió alcanzar los 454.665.000 euros.

En cualquier caso existen cooperativas que apuestan decididamente por otros cultivos de primor. Es el caso de la Cooperativa Agrícola Hortofrutícola de Cartaya, cuyo presidente, Diego López, destacó que mantendrán su apuesta por el resto de berries, aunque tampoco quiso dar cifras concretas de la superficie plantada.

La diversificación de los productos de primor es una realidad, si bien comienzan apreciarse los primeros síntomas de saturación del mercado, lo que ha conllevado a que se enfríen la voraz expansión de frutas como la frambuesa, la mora y los arándanos, que vieron como su cotización media bajó sensiblemente.

Si en la campaña 2016/2017 la frambuesa experimentó un incremento del 18% en la superficie plantada, hasta contabilizarse 1.932 hectáreas, este año se espera en torno a unas 1.900, siempre según cifras estimativas del sector. Este principio de cautela de los empresarios es comprensible si tenemos en consideración que el año pasado los precios cotizaron a la baja, en concreto un 15% menos. Aun así, se facturó 125.475.000 euros, un 4,5% más que el año anterior. Un dato que fue posible gracias al incremento del 6% en la superficie plantada.

En cualquier caso, el sector ha logrado un éxito en el que llevaba trabajando desde hace mucho tiempo: escalonar la producción para evitar los picos de producción y adaptarse a las necesidades del mercado. La sabia elección de distintas variedades y los ciclos de plantación han permitido abastecer al mercado durante prácticamente todo el año. El resultado fue que la campaña pasada sólo se percibió una sobreproducción durante el mes de mayo y principios de junio. Sin embargo, ese puntual exceso de la oferta onubense no fue un problema local, sino la consecuencia de la irrupción de las cosechas de los países centro europeos y el incremento de las temperaturas, lo que conllevó un descenso de los precios.

En la mora y los arándanos el descenso de los precios sí fue más acusado. En concreto del 25% y del 27% respectivamente. Y ese dato despierta más incertidumbre puesto que puede ser un indicador de que se ha tocado techo y la continuidad en la expansión puede terminar por generar una sobreoferta que provoque el que se traspase el umbral de la rentabilidad. No en vano, ya el año pasado la superficie cultivada se incrementó en un 30%.

La falta de mano cualificada para recoger la fruta preocupa al sector

El sector fresero tiene otra incertidumbre latente: la falta de mano de obra cualificada para los meses álgidos de la campaña. La recuperación económica puede pasarle factura. Así lo aseguran organizaciones agrarias como Asaja-Huelva, que vinculan «el proceso de recuperación que vive España» con la menor demanda de mano de obra en el campo. De ahí la urgencia de obtener autorización del Gobierno central para realizar una selección de trabajadores en los países de origen, garantizando así manos para recoger la fruta.

El presidente de la Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado, Cristóbal Picón, reconoció que actualmente se encuentran inmersos en «negociaciones con la Junta de Andalucía y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social para solicitar un cupo de 2.200 trabajadores». Se trata de la misma cantidad que ya formalizaron el año pasado (1.600 para la recogida de fresa y otros 600 para el resto de berries).

El acuerdo recogía, además, la posibilidad de contratar a otros 4.000 trabajadores extranjeros siempre que se justificasen las bajas sufridas en los tajos agrícolas. Picón apuntó que este contingente de trabajadores cubriría las necesidades del sector durante los meses de marzo a junio, dado que a partir de abril el número de empleados nacionales baja de forma drástica al irrumpir con fuerza otros sectores como la hostelería y el turismo.

«Los hoteles, restaurantes y bares de la costa abren y garantizan trabajo hasta septiembre con ofertas de trabajo con las que no puede competir la agricultura», lo que provoca un éxodo del personal autóctono, algo que según Picón es «comprensible».

Asaja-Huelva alertó que el año pasado «sólo se pudo satisfacer alrededor del 60% de las solicitudes realizadas por los empresarios», ante lo cual instan a que se inicien cuanto antes los trámites con el Servicio Andaluz de Empleo y con el Ministerio de trabajo para poder realizar, a la mayor brevedad, una selección exhaustiva en Marruecos».

Fuente huelvainformacion.es