La escasez de kiwi y su menor calibre marcarán la campaña española

¿Caerá el consumo?
Las heladas han sido una constante este año en Europa, hasta el punto de mermar considerablemente las producciones francesas e italianas, y en menor medida las de Asturias y Galicia. Además, y debido a una floración deficiente generalizada como consecuencia de la adversa climatología, los calibres serán también menores. Todo ello, unido a los elevados costes de producción actuales y al crecimiento sostenido de la demanda de entre un 3-4% anual, podría traer consigo un aumento de los precios que ¿frenará el consumo? Según Manuel Cimas, presidente de la empresa asturiana Distribuciones Vega D’Aguín, no tiene porqué: “El consumidor nacional lleva todo el año pagando el kiwi verde entre 5-6 euros el kilo, luego, ahora que comienza la campaña nacional, no debería dejar de hacerlo”.

Kiwi residuo 0
Frente al auge del ecológico, la firma asturiana sigue abogando por el residuo 0 y, de hecho, toda su producción -unas 1.000 Tn- está certificada bajo este protocolo. Preguntado por la transición al bio, Cimas avanza que “no tenemos previsto dar ese paso” y quien explica que los menores rendimientos del cultivo, así como el calibre también más pequeño de la fruta no se ven compensados en precio, y menos aún en nuestro país: “El mercado español, que es al que nos dirigimos fundamentalmente, no valora y no paga la diferenciación que existe”. Aun sí, en Distribuciones Vega D’Aguín no cierran del todo esa puerta y, de hecho, “todas nuestras nuevas fincas, aunque son colindantes, están rodeadas de setos, de modo que aislamos unas de otras, lo que nos facilitará la conversión al bio en un futuro”.

“Por climatología, el kiwi amarillo no es el más idóneo para cultivar en Asturias”

Proyectos
La firma está inmersa en un proyecto que le permitirá duplicar su superficie de cultivo, alcanzando las 20 hectáreas en 2022, todas ellas de kiwi verde. De momento, el amarillo no entra en sus planes, ya que, “por climatología, no es el más idóneo para Asturias”, apunta Cimas, quien añade que, además, su mercado es aún muy reducido.

Por otro lado, han comenzado a dar los primeros pasos para ampliar también su capacidad de frío con la puesta en marcha de una nueva cámara frigorífica y trabajan para mejorar su productividad duplicando sus líneas de confección con la incorporación de nuevos volcadores automáticos.