La distribución alimentaria fortalece el vínculo con el proveedor de proximidad
Afianzar una relación de confianza y de largo plazo con el proveedor representa el ADN de las cadenas hoy día para poder ofrecer alta calidad, surtido y seguridad en el suministro.
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El contexto geopolítico tan convulso que hemos vivido en los cuatro últimos años está haciendo que el gran consumo transforme las relaciones con sus proveedores para minimizar el impacto en su negocio al máximo. El esfuerzo se ha dirigido a obtener una mayor colaboración, compartiendo mucha más información, con más transparencia y comunicación entre ellos. Así, aunque para la cadena de distribución el precio es importante en su relación con los proveedores, no es la única variable, por lo que trabajan cada vez más por establecer relaciones estables, de larga duración y de confianza mutua. Son las palabras que resuenan en las entrevistas que hemos realizado a los responsables de compra del gran consumo que podréis ver en las siguientes páginas.
Y es que, ante estos tiempos convulsos e inciertos, lo importante es asegurar un suministro constante, amplio y de alta calidad que responda a las necesidades actuales del consumidor y, para ello, es esencial tener un trato cercano con sus proveedores.
Esta relación cada vez más colaborativa entre producción y distribución trabaja para afrontar los retos actuales como, por ejemplo, las consecuencias del cambio climático o el reglamento del Real decreto de Envases y residuos, además de otras muchas normativas, tratando de mejorar de forma conjunta el surtido y servicio que ofrecen. La apuesta por la proximidad, el crecimiento en volumen, la innovación como fuente de diferenciación y la eficiencia operativa, con el foco en el cliente, se trazan como las principales estrategias.
Trabajo conjunto en la reducción de costes
En estos últimos años, el incremento de los costos de producción ha sido el factor principal que ha afectado al sector. Así, cada eslabón de la cadena a nivel global apuesta por la optimización de costes para mejorar la rentabilidad, analizando todos los procesos con el objetivo de eliminar todo aquello que no aporte valor al cliente final. Además, ambos eslabones han llevado a cabo un fuerte compromiso en la contención del precio del producto para perjudicar al mínimo los niveles de consumo, minimizando el margen al máximo.
Crecimiento y concentración de la oferta
En este punto hay disparidad de opiniones. Desde la distribución, mientras unos defienden la concentración en el eslabón productor como forma de asegurar un volumen y suministro constante, otros creen que iría en contra del libre comercio porque “podría producirse un monopolio que no sería beneficioso para el consumidor ya que en determinados momentos de campaña podrían dominar volúmenes y precios” o porque “concentren sus esfuerzos sólo en atender a los operadores más fuertes del mercado”.
Innovación
La innovación es una magnífica oportunidad para aportar valor y lanzar al mercado productos más acordes a las nuevas demandas del consumidor con productos de conveniencia como, por ejemplo, «snacks saludables», frutas listas para consumir… para aumentar los momentos de consumo o acercar el producto a nuevos mercados o segmentos de consumidores. Además, innovar en la presentación y comercialización permite introducir productos en nuevos entornos, como oficinas, centros educativos o puntos de venta no tradicionales, incentivando su consumo. Asimismo, el consumidor comprometido optará por aquellos alimentos sostenibles, de producciones que cumplan con todos los requisitos legales, sociales y ambientales, por lo que las certificaciones relacionadas serán un punto a favor.
Ambos eslabones han llevado a cabo un fuerte compromiso en la contención del precio del producto