“La desinformación nos pone en peligro y es la principal amenaza que tenemos frente a los riesgos climáticos” ha afirmado Francisco Heras, subdirector General de Adaptación al Cambio Climático del MITERD, en la segunda sesión plenaria del Congreso Nacional del Medio Ambiente, en la que expertos y responsables políticos destacaron que la adaptación es inseparable de la mitigación y que ambas estrategias deben integrarse de manera ambiciosa para abordar los desafíos climáticos.
En esta segunda sesión titulada «Un punto de inflexión sobre la adaptación al cambio climático», la desinformación estuvo presente a lo largo de todo el debate y no solo en la última mesa dedicada especialmente a este fenómeno que afecta a todos los ámbitos pero especialmente a la crisis climática y que se ha disparado con motivo de la reciente DANA que afectó gravemente a varias zonas del país y especialmente a la Comunidad Valenciana.
Los expertos que intervinieron en esta mesa destacaron como elementos fundamentales que favorecieron la propagación de noticias falsas en torno a la DANA la crisis de confianza en las instituciones, el caos ante el fenómeno y una campaña dirigida contra algunos actores en concreto. “Mientras que la información nos abre oportunidades, la desinformación nos pone en peligro” afirmó Francisco Heras quien añadió que “quienes conocemos el significado del cambio climático tenemos la responsabilidad moral de comunicarlo y de ser beligerantes con la desinformación porque es la principal amenaza que hoy tenemos frente a los riesgos climáticos”. Alejando Maceira, fundador y director de iAgua, destacaba que “es importante que haya una información adecuada y debemos poner el foco en cómo transmitirla a la ciudadanía”.
Según la politóloga Cristina Monge, la desinformación está muy relacionada con la revolución digital y a los movimientos populistas. «La conversación pública se ha convertido en un campo de batalla y la víctima han sido «los hechos ciertos», porque no nos ponemos de acuerdo en el hecho en sí, añadió.
Por su parte, Javier Salas, periodista experto en esta materia del diario El País considera que “el ecosistema ha cambiado” y que eso se traduce en que la gente, especialmente los jóvenes, no se informan por los medios clásicos, sino que la información se recibe a través de canales como TikTok O de WhatsApp y añadió que la industria de la mentira ha secuestrado el espacio de las redes sociales por lo que reclamó que la sociedad sea más exigente con las plataformas para que con su tecnología rastreen la desinformación.
Maribel Ángel-Moreno, de Maldito Clima, detalló que para frenar la desinformación lo más importante es actuar lo más rápido posible, aunque se requiere de una metodología y siempre el desmentido se va a difundir más lento que el bulo. Propone como solución trabajar en las redes donde se produce esa desinformación y acercarse a los influencers que pueden hablar con determinados públicos con más cercanía.
Ciclo continuo de adaptación
En cuando a la adaptación, Francisco Heras subrayó que se requiere una gobernanza transversal y colaborativ, siendo el Plan Nacional de Adaptación una herramienta clave y propuso un ciclo continuo de adaptación basado en el análisis de riesgos, planificación, implementación de políticas y evaluación, promoviendo una transformación frente a los riesgos climáticos crecientes.
Sergio Vázquez, presidente de Ineco, reforzó esta visión al señalar que el cambio climático no es un problema teórico, sino una amenaza directa que pone en riesgo nuestra forma de vida. El debate también puso de manifiesto las desigualdades en la exposición y vulnerabilidad a los riesgos climáticos. Efrén Feliu, gerente de Cambio Climático, insistió en que estas diferencias exigen un enfoque más detallado y específico. Por su parte, Lourdes Hernández, asesora de WWF y experta en incendios, subrayó la importancia de un cambio en la mentalidad colectiva y la educación pública, alertando sobre los riesgos de la desinformación en la lucha climática.
Otro de los temas clave fue el papel de las infraestructuras frente a eventos extremos. Los participantes reconocieron que una adaptación absoluta no es posible, pero señalaron que diseñar infraestructuras resilientes, que minimicen el impacto y faciliten la reconstrucción, es esencial. Alejandro Maceira, destacó especialmente el papel del agua en la adaptación climática, abogando por sistemas de alerta temprana y soluciones basadas en la naturaleza para prevenir riesgos como sequías y desertificación.
Heras anunció que en breve, se abrirá el proceso para el programa de trabajo 2026-2030 del Plan Nacional de Adaptación, considerado una oportunidad crucial para reflexionar sobre los avances necesarios. La reciente DANA en la Comunidad Valenciana fue señalada por todos los participantes como un claro punto de inflexión que evidencia la urgencia y magnitud del desafío climático.
Los expertos coincidieron en que cada euro invertido ahora en medidas de adaptación puede evitar mayores costos en el futuro. Además, se reafirmó que el cambio climático no es un problema teórico, sino una amenaza directa que pone en riesgo la forma de vida tal como la conocemos, y concluyó con un llamado a la acción urgente y transformadora.
En las conclusiones, los expertos reiteraron que actuar ahora no solo es más rentable económicamente, sino que también salva vidas y Francisco Heras subrayó que “contamos con conocimientos y herramientas, pero nos falta el coraje para realizar cambios profundos”.