La concentración empresarial de las cinco primeras empresas comercializadoras alcanzan el 39,4%
Como cada final de año, Cajamar ha presentado el informe de campaña hortofrutícola almeriense que elabora su Servicio de Estudios Agroalimentarios. Un acto al que han acudido más de 200 empresarios, técnicos y profesionales del sector, y en el que también se han dado a conocer los resultados del último ‘Tecnómetro’ de la Fundación Tecnova.
Comparte
Como viene siendo habitual en los últimos años, la horticultura almeriense ha registrado cifras notablemente positivas en la campaña 2017/18, especialmente en el capítulo de las exportaciones. Así ha quedado de manifiesto en el Análisis de la campaña hortofrutícola de Almería de Cajamar, que ha sido presentado hoy.
El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, ha dado inicio al acto recordando la figura del fundador de la entidad, Juan del Águila, fallecido el pasado 30 de noviembre, que impulsó en el año 2002 la creación de este análisis de la campaña hortícola con la finalidad de generar información y conocimiento que ayudase al sector en la toma de decisiones. Antes de ceder la palabra, Eduardo Baamonde ha invitado a los asistentes, empresarios, técnicos y profesionales del campo almeriense, a guardar un emotivo minuto de silencio en su memoria.
A continuación han intervenido David Uclés, director del Servicio de Estudios de Cajamar, quien ha reseñado las principales cifras de la campaña, y Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria, que se ha detenido en el análisis de las estrategias de futuro del sector. En este sentido, ha remarcado el avance del índice de concentración empresarial, en tanto que las cinco primeras empresas comercializadoras alcanzan ya una cuota de mercado conjunta del 39,4 %.
La comparación directa con la campaña inmediatamente anterior, la 2016/17, considerada la mejor de la historia en términos absolutos, puede resultar engañosa por el relativo descenso de las cotizaciones y el volumen producido. Sin embargo, teniendo en cuenta la media de la última década, es evidente que el sector mantiene la velocidad de crucero que lo confirma como el motor de la economía provincial, tanto en términos de valor como de empleo, y a una distancia considerable del resto de actividades económicas, y consolidando su liderazgo en los mercados exteriores.
La superficie bajo plástico ha crecido casi un 2 %, superando las 31.000 hectáreas invernadas, lo que teniendo en cuenta los sucesivos ciclos de producción a lo largo de la campaña arroja un total cultivado de más de 47.531 ha. Por su parte, la producción bajo invernadero aumenta apenas un 0,4 %, condicionada por las bajas temperaturas a lo largo de la campaña, situándose en 3,1 millones de toneladas. No obstante, si bien en la campaña anterior la climatología adversa en Europa favoreció la mejora de las cotizaciones, en esta ocasión no se ha repetido el efecto, dado que no hubo fenómenos extremos que añadieran incertidumbre sobre la oferta total a los mercados del continente.
Por productos, los mayores descensos se han producido en judía y lechuga, llamando la atención el descenso en sandía y tomate, que sin embargo han aumentado superficie de plantación. Estos dos cultivos han sufrido de manera particular las menores temperaturas de la primavera y la presencia de virus. Berenjena, pimiento, pepino y calabacín han puesto la nota positiva en esta magnitud.
Tras los máximos de la campaña 2016/17, los precios medios han recuperado valores más acorde con la media de los últimos años. La mayoría de los productos han visto reducirse sus cotizaciones, especialmente berenjena y calabacín, que han caído más de un 20 %. Solo se han incrementado en sandía, melón y lechuga; productos que, por otra parte, también vieron contraerse sus volúmenes físicos producidos. Teniendo en cuenta ambas magnitudes, cantidad y precio, el valor de la producción total se sitúa en los 1.925 millones de euros.
En cuanto al empleo, el número de afiliaciones a la Seguridad Social sigue creciendo como consecuencia de la mayor demanda de trabajo causada por el incremento de la superficie invernada, con una media que supera los 52.700 trabajadores mensuales a lo largo de la campaña. Los costes de explotación, por su parte, registran un aumento del 1,1 %, principalmente motivados por el cambio en la coyuntura de los costes relacionados con el petróleo y la energía.
Volcados en el mercado exterior
A pesar de la reducción de la producción y la normalización de las condiciones de mercado con respecto a la campaña precedente, la exportación ha aumentado un 4,1 % en volumen físico con unas 2,6 millones de toneladas vendidas en los mercados exteriores. Así, un año más, el porcentaje de nuestra producción exportada vuelve a registrar un aumento significativo y se sitúa ya en el 80,1 %, el máximo de la serie histórica y un nuevo hito a apuntar en el haber de la hortofruticultura almeriense.
El valor de exportación ha alcanzado los 2.400 millones de euros, un 5,3 % menos que en el periodo precedente, como consecuencia de la normalización de las cotizaciones. Los principales destinatarios han vuelto a ser los países de la UE, y concretamente los de la Europa ampliada, que suben hasta el 11,8 % de nuestras exportaciones.
La industria auxiliar sigue creciendo
Esta nueva edición del análisis de la campaña hortícola de Cajamar incluye por primera vez en sus 18 años de historia un apartado dedicado al estudio de las empresas de la industria auxiliar de la agricultura. Del mismo se desprende que su cifra de negocio en 2017 superó los 2.390 millones de euros, un 9,9 % más que en el ejercicio anterior. De las 422 empresas que conforman el clúster de la industria auxiliar, el principal subsector es el de los suministros, seguido por el transporte. Asimismo, se han estimado las exportaciones de bienes del sector durante 2017 en 473 millones de euros, destacando las partidas de sistemas de riego (49 %), semillas (19 %) y film plástico (13 %).
Por su parte, María del Carmen Galera Quiles, gerente de Tecnova, el Centro Tecnológico de la Industria Auxiliar, Postcosecha y Envasado Hortofrutícola, ha expuesto los resultados de una nueva edición del Observatorio Económico y de Innovación del sector, que la Fundación Tecnova edita periódicamente desde el año 2002. El objetivo de este ‘Tecnómetro’ es la caracterización de las empresas que la componen así como su entorno competitivo, para poder analizar estrategias futuras y nuevas oportunidades de negocio.