Efectos de la inflación
Durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, el consumo de frutas y hortalizas experimentó un notable aumento. Sin embargo, a medida que avanzó el año 2022, comenzamos a observar una disminución en este consumo. Desde mi perspectiva, hay varios factores que contribuyeron al aumento inicial durante la pandemia, pero actualmente estamos volviendo a una situación más similar a la prepandemia.
El descenso en el consumo de frutas y hortalizas está claramente relacionado con la inflación que vivimos y esta situación plantea desafíos significativos para los mercados. Es innegable que la inflación está aumentando los precios de las frutas y hortalizas, pero este fenómeno incide, en mayor o menor medida, en todos los productos alimenticios. Cuando los precios suben, los consumidores a menudo reducen sus compras o cambian sus hábitos de compra. Sin embargo, es importante destacar que estas variaciones no son exclusivas de las frutas y hortalizas y se espera que se estabilicen en las próximas campañas.
Desde los agricultores hasta los supermercados, ya se están haciendo inversiones significativas en la promoción de estos alimentos
Necesidad de promoción
Para contrarrestar esta situación, una de las herramientas más directas es la promoción esencial para mejorar la situación del consumo. Podrían realizarse muchos tipos de acciones y cualquier esfuerzo dirigido a promover el consumo de frutas y hortalizas es bienvenido, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Las campañas dirigidas a escuelas y comedores pueden ser de gran ayuda en este sentido. Sin embargo, es importante destacar que, a todos los niveles de producción, desde los agricultores hasta los supermercados, ya se están haciendo inversiones en la promoción de frutas y hortalizas. Por lo tanto, cualquier apoyo gubernamental adicional, ya sea en forma de formación, publicidad u otras iniciativas, sería beneficioso para fomentar un mayor consumo.
Fidelización
El consumidor está mostrando una tendencia evidente hacia el menor gasto y el aumento en la compra de productos de marca blanca, lo cual es una estrategia lógica en tiempos de inflación alta. Sin embargo, hasta ahora, al menos en el mercado británico, no he detectado una marcada preferencia por los supermercados regionales.
En realidad, la presión por mantener precios bajos unca ha desaparecido por completo. Quizás el enfoque actual sea más sobre la fidelización del consumidor al ofrecer precios competitivos de manera constante a lo largo del año, evitando fluctuaciones o escasez de productos en los estantes. Creo que son las variaciones de precios o la falta puntual de producto lo que lleva al consumidor a diversificar sus compras en busca de ahorros. La estabilidad en los precios y la disponibilidad constante de productos son elementos clave para mantener la confianza del consumidor.
Online
A pesar de que las ventas online, por ejemplo, experimentaron un crecimiento significativo durante la pandemia, el punto de venta físico sigue desempeñando un papel crucial, especialmente en el caso de las frutas y hortalizas. Podría el online ganar más cuota de mercado, pero es importante destacar que existen dos tendencias contrapuestas. Por un lado, está el consumidor tradicional que prefiere ver y elegir físicamente los productos antes de comprarlos. Por otro lado, están las nuevas generaciones que están más familiarizadas con las compras online. Es probable que el porcentaje de ventas online aumente ligeramente en los próximos años, pero la compra física aún tiene un futuro sólido por delante.