“El propósito es garantizar que Europa disponga de instrumentos de defensa comercial con los que pueda hacer frente a la situación actual en el entorno comercial internacional, respetando al mismo tiempo plenamente las obligaciones internacionales de la UE en el marco jurídico de la OMC”, según la nota de la Comisión Europea.
La Comisión explica que “la Unión Europea debe asegurarse de que sus instrumentos de defensa comercial sigan siendo eficaces para hacer frente a las importantes distorsiones del mercado en determinados países, que pueden desembocar en un exceso de capacidad industrial y que alientan a los exportadores a vender sus productos a precios de dumping en el mercado de la UE. Esto perjudica a las industrias europeas, la cual, en última instancia, puede dar lugar a la pérdida de puestos de trabajo y al cierre de fábricas…”
Aunque esta reforma de las medidas antidumping es aplicable a los bienes industriales, FEPEX considera que la Comisión Europea debería seguir los mismos parámetros en el sector agroalimentario, y en especial en el sector de frutas y hortalizas, que tiene que hacer frente a una competencia extracomunitaria cada vez más fuerte, provocando distorsiones y perturbaciones en el mercado porque en la UE no se aplican eficazmente las medidas de defensa comercial previstas en los acuerdos bilaterales y multilaterales, frente a políticas extremadamente proteccionistas en un gran número de países terceros, que limitan fuertemente el acceso de los productores comunitarios a los mismos.
La reforma de la metodología antidumping, presentada el 9 de noviembre, por la Comisión Europea, complementa la propuesta para modernización de los instrumentos de defensa comercial de la UE, presentada en 2013, sobre la que los Estados miembros aún no han llegado a un acuerdo. La nueva metodología debe ser aprobada por el Consejo y el Parlamento Europeo. Empezará a abordarse mañana, en la reunión de los ministros de Comercio de la Unión Europea.