Varios días antes de la publicación del Estado de Alarma, el grupo empresarial comercializador de frutas y hortalizas, publicaba en su página web las medidas preventivas de seguridad y salud ante la expansión de la pandemia del Covid-19. La publicación describía una batería de medidas preventivas de seguridad e higiene en pos de garantizar la salud sus trabajadores, agricultores, y profesionales de actividades relacionadas con la comercializadora.
Jesús García, consejero delegado de Grupo La Caña, manifestaba entonces que “somos un sector estratégico para superar la crisis del coronavirus, por un lado, como motor económico, y por otro, como garantes de la producción de alimentos de primera necesidad, las frutas y hortalizas que llevamos a los hogares de nuestro país y toda Europa, y de nosotros depende en gran parte el abastecimiento de los mercados”.
Unas medidas que afectan a todos los actores de que intervienen en la cadena de producción y que, desde Grupo La Caña, aseguran son esenciales. “Las medidas que hemos adoptado se han puesto en marcha con carácter preventivo, y con el principal objetivo de garantizar la salud de las personas que trabajan en nuestros centros, así como prevenir que nuestra actividad se vea afectada por algún caso de infección en el futuro y, por tanto, se dañen los intereses de nuestros trabajadores, agricultores y clientes”, añadía García.
Con un volumen anual de producción de 92 millones de kilos procesados entre sus dos grandes plantas de producción, Miguel García Sánchez y Eurocastell Caña, las medidas preventivas han sido aplicadas también en sus diferentes centros de recogida situados en Carchuna, Molvízar, Albuñol y El Ejido, que no han cesado su actividad para garantizar la recepción de producto a sus agricultores así como el servicio de recogida en campo.
Poniendo el foco en evitar el riesgo de contaminación cruzada entre sus centros, las primeras medidas limitaron el acceso de terceros a las instalaciones, así como cualquier tipo de visita externa. “Realizamos un minucioso estudio de los puntos críticos para aplicar protocolos concretos de actuación que evitaran el contacto entre trabajadores, agricultores, transportistas, y operarios mecánicos, garantizando así la realización de sus tareas habituales sin riesgo”, explicaba Jesús García.
Así, la empresa ha desarrollado un protocolo de actuación para cargadores y transportistas, facilitando la expedición y recepción de mercancías de forma segura, con especial atención a la desinfección de las zonas de contacto de estas operaciones. Igualmente, para seguir garantizando el servicio de descarga de campo a los agricultores con total garantía de no contagio, se extreman las precauciones en las zonas de báscula. El servicio técnico a los agricultores no sólo se mantiene, sino que se realiza atendiendo a unas normas específicas en las visitas a fincas, anulando el riesgo tanto para el profesional técnico como para el agricultor y los trabajadores de sus fincas.
El bloque de medidas preventivas aplicadas por Grupo La Caña cobra una especial dimensión en cuanto a la actuación con los trabajadores, tanto de oficia como especialmente de planta. Se ha impulsado un plan de teletrabajo, se toma la temperatura diaria a los trabajadores al acceso a las instalaciones, se sigue un control riguroso de las medidas de higiene como el frecuente lavado de manos, no se permite el tránsito de trabajadores de un centro a otro, se ha adaptado el horario de los turnos de trabajo para distanciarlos entre ellos, así como una adaptación de las líneas de trabajo para mantener la distancia de seguridad. “La desinfección y limpieza están siendo clave para seguir trabajando con la mayor seguridad posible, hemos reforzado los equipos de limpieza y se realizan varias desinfecciones diarias dentro y fuera de las instalaciones de manipulado”, aseguraba Jesús García.
Incertidumbre pero coordinación con el mercado
El mes de marzo se caracteriza por ser un mes algo más inestable en la producción, por un lado se produce el cambio de cultivos de invierno a primavera, empiezan las producciones de otros países, y la climatología es más imprevisible. Esta inestabilidad se ha visto acentuada con la crisis del coronavirus. Ante un aumento inicial de la demanda en las primeras semanas, “el volumen de comercialización ha bajado a causa de los problemas de transporte para hacer llegar productos a destino. Aún así, estamos realizando una mas exhaustiva planificación con nuestros clientes, quienes nos han trasladado su agradecimiento por continuar con nuestra producción para cumplir sus necesidades con la calidad de siempre”, explicaba Jesús García.
“El campo no se para es la frase que repetimos a diario en el sector. Bajo esta premisa, debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para dar salida comercial a los productos de nuestra tierra, pues ellos, los agricultores y los trabajadores son también verdaderos héroes en esta crisis”, y merecen nuestro más sincero agradecimiento”, declaraba García.
Grupo La Caña cuenta actualmente con más de 1.300 trabajadores en plantilla repartidos entre sus tres centros de producción, y da servicio comercializador a más de 2.000 agricultores de las costa granadina y las provincias de Almería, Cádiz y Málaga.