El kiwi es una fruta o baya que, por encima de todo, tiene un superpoder: su elevado contenido en vitamina C, que es de 92,17 miligramos por cada 100 gramos, casi el doble del que podamos encontrar en una naranja.
¿Y por qué es tan importante la vitamina C? Porque, como subrayan en la empresa Zespri Kiwifruit, el mayor vendedor mundial de kiwi, con sede en Nueva Zelanda, la vitamina C es un nutriente que tiene algo mágico, ya que, como antioxidante natural, ayuda a mejorar el nivel de vitalidad y a combatir la fatiga.
Por otro lado, añaden en la compañía, «reponer los niveles de vitamina C cada día puede obrar maravillas en nuestra piel. Esto se debe a que la vitamina C del kiwi contribuye a la formación normal del colágeno, una sustancia que posibilita una piel firme y elástica.
Es más, los antioxidantes como la vitamina C ayudan a proteger las células del cuerpo frente a los radicales libres. También hay estudios, refieren en Zespri Kiwifruit que relacionan el consumo de esta vitamina con unos menores niveles de estrés y ansiedad.
Cóctel de vitaminas
Ana Molina Jiménez, licenciada en Farmacia y dietista nutricionista en AM Nutrición Integral, en declaraciones a EFEsalud, desvela que «el consumo de una sola pieza proporciona el 116% de la cantidad diaria recomendada, por lo que con un solo kiwi se consigue el 100% necesario. Además, contiene cantidades destacables de vitamina K, potasio, ácido fólico y fibra». La nutricionista recomienda tomar esta baya entera y no licuada, pues al hacerlo «se pierden algunas de sus propiedades», como la fibra.
Debido a su alto nivel en vitamina C, Molina Jiménez subraya que es un alimento fantástico para mantener el sistema inmune fuerte, sobre todo para aquellas personas que hayan salido de una operación o se encuentre convalecientes.
Favorece la cicatrización
En este sentido, la experta recuerda que es más importante la adecuada nutrición durante la convalecencia que durante la enfermedad. Incide, igualmente, en que la vitamina C del kiwi está también involucrada en los procesos de cicatrización y, junto con sus antioxidantes, ayudan a «amortiguar el proceso de envejecimiento, tanto interno como externo de la piel».
Por otra parte, la nutricionista relata que gracias su moderado contenido de fibra, el kiwi ayuda a mantener un buen tránsito intestinal y a evitar el estreñimiento, al tiempo que permite una rápida recuperación en los deportistas gracias a su contenido en potasio, mineral que encontramos también en el plátano.
Finalmente, Molina Jiménez recuerda que solo 100 gramos de kiwi -el peso de uno mediano- aportan la mitad de la cantidad diaria recomendada de vitamina K, implicada en la activación de la coagulación de la sangre o en el mantenimiento de unos huesos sanos y fuertes.
Ideal para embarazadas
Este fruto, bajo en calorías y que ayuda a combatir el colesterol, está especialmente indicado para mujeres embarazadas por su elevado contenido en ácido fólico, lo que previene posibles malformaciones en feto durante los meses de gestación.
El folato o ácido fólico, recuerdan en Zespri Kiwifruit es un nutriente esencial, tanto para la madre como para su futuro hijo. «El bebé lo necesita para crecer y desarrollarse de forma adecuada en el útero, y ambos para asegurar que el oxígeno llega a todas las células y a todos los tejidos y órganos del cuerpo.
Por este motivo, muchos médicos recomiendan a las mujeres embarazadas ingerir fuentes adicionales de folato durante el embarazo, en particular durante el primer mes de gestación», explican.
El kiwi, que tiene la particularidad de que preserva su color verde incluso cuando está maduro, debido a su alto contenido en clorofila, es una baya originaria de China. Introducida en Nueva Zelanda en 1904, donde se la bautizó como «Kiwi» por su similitud con el ave de mismo nombre, se cultiva, además en estos países, fundamentalmente en Italia, Turquía, Grecia, Francia, Chile, Irán, Japón, Estados Unidos, Portugal y España.
Fuente: ElEconomista