José Luis Sáiz, Rijk Zwaan: «Hace años que comenzamos el desarrollo de variedades adaptadas a la mecanización»
José Luis Sáiz, Account Manager de Rijk Zwaan, nos ofrece su opinión sobre las posibles soluciones en desarrollo genético ante la falta de mano de obra en el sector.
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La automatización y mecanización de los procesos de cultivo, como recolección y manipulación de productos de hoja, son ya una realidad. La pandemia ha actuado como catalizador, acelerando enormemente los procesos de implementación y la búsqueda de soluciones por parte de las empresas productoras. Y esto ha sido posible gracias a nuestra visión a largo plazo.
En Rijk Zwaan basamos nuestra estrategia en la innovación y desarrollo de productos de valor. Dado que la mejora genética da sus frutos en el largo plazo, es muy importante atisbar las tendencias de futuro para alinear nuestros objetivos. Por tanto, hace años que comenzamos el desarrollo de materiales y variedades adaptadas a la automatización y mecanización, y, de hecho, antes de la pandemia ya trabajábamos en la introducción y desarrollo de estos productos en algunos mercados donde, por distintas situaciones, la mecanización era una necesidad.
Hace tiempo que se vienen mecanizando y automatizando parte de los procesos. Algunos, como los trasplantes, son totalmente mecanizables; sin embargo, todavía hay muchos que se realizan a mano. La mecanización total es necesaria, no ya solo por la falta de mano de obra, sino también por la calidad del trabajo, el confort y seguridad del trabajador, y por supuesto, el coste. Pero para que sea efectiva, debe contemplar todo el proceso productivo: en el campo, la manipulación o la planta de IV gama.
Actualmente, y gracias a nuestro sistema Salanova Teen Leaf, podemos cultivar todos los productos de IV gama (Batavias, Lollos, Hojas de Roble…), reemplazando las lechugas tradicionales. Y, es más, disponemos de variedades para producir durante todo el año con la calidad y resistencias necesarias.
Salanova Teen Leaf permite la automatización de todo el proceso, desde el trasplante a la recolección. Todo el producto recolectado entra en la línea de IV gama cuando, en un sistema tradicional, se destruye entre un 30-40% del producto, con el coste que suponen las mermas, así como la gestión de los residuos resultantes.
La calidad del producto obtenido con Salanova Teen Leaf es también superior al convencional, ya que conseguimos hojas pequeñas enteras, con mayor volumen, mucha más vida útil gracias a que la superficie de corte es más reducida y, además, con la cualidad Knox, que minimiza la oxidación de los cortes. Al final, logramos un producto de más calidad, sostenible y a un precio muy competitivo.
Para implementar este sistema, debemos tener en cuenta tres variables. En primer lugar, la disponibilidad de material vegetal, que obtenemos gracias al trabajo que realizamos en nuestra estación de mejora de La Marina, en el Campo de Cartagena, adaptando los nuevos desarrollos a las condiciones de cultivo de la zona, aportando máximas resistencias a enfermedades y cubriendo todas las necesidades del sector de la IV gama.
En segundo lugar, necesitamos la maquinaria adecuada para automatizar. En este sentido, cooperamos con empresas de maquinaria y algunos de nuestros clientes para lograr una solución conjunta que nos permita llegar antes al objetivo.
Para que la automatización sea efectiva, debe contemplar todo el proceso productivo
Y, en tercer y último lugar, debemos tener el know-how necesario, algo que logramos gracias al trabajo que desarrollamos en nuestro CED La Palma. Allí realizamos ensayos para poder recomendar nuestras variedades según la época y requerimientos, y experimentamos para maximizar los rendimientos y optimizar los costes de producción.
Aun así, y a pesar del rápido desarrollo de la robótica y la visión e inteligencia artificial, todavía no contamos con una solución óptima para la completa automatización de todos los tipos de lechuga. De hecho, actualmente, es posible automatizar casi al 100% la recolección de Little Gem o Romana con muy buenos resultados, sin embargo, nos encontramos con un importante hándicap en el caso de la Iceberg, debido a su arquitectura de planta, muy plana, pegada al suelo y con el cogollo cubierto por hojas.
Para conseguir una Iceberg apta para la automatización, necesitamos combinar diferentes variedades y tipos de lechuga existentes, que sean estables durante toda la campaña, que no se vean afectadas por los cambios de luz o temperatura. Actualmente, estamos probando los prototipos que hemos obtenido tras años de trabajo.
El futuro pasa, sin duda alguna, por la automatización; sin ella no hay futuro. En un sector altamente competitivo y con importantes retos, no existe camino alternativo y aquellos que no apuesten de forma decidida tendrán serias dificultades en el corto plazo.
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