Línea de desarrollo
Seminis tiene una cuota de mercado del 10-15% en las producciones de brócoli de otoño- invierno, un segmento cuya mejora genética se desarrolla actualmente en base a tres conceptos: tallo limpio de hojas, uniformidad en la recolección y cabeza elevada para facilitar la mecanización de la cosecha. Y lo hace especialmente pensando en la industria del congelado, que requiere variedades productivas, rentables y cuya cosecha se pueda mecanizar, teniendo en cuenta que ya hay prototipos de maquinaria para esta campaña funcionando en campo. Ejemplo de ello es Andersia, que vale también para el mercado en fresco. Esta línea de trabajo responde al auge del consumo del brócoli congelado, que se está incrementando progresivamente en Europa, al ser igual de saludable y un precio más estable, aparte de la ventaja del tiempo de conservación.
En el segmento fresco, Seminis tiene variedades en proceso de desarrollo, aún no comerciales, y se centra en los ciclos más precoces, donde no tenía apenas presencia. “Buscamos variedades adaptadas a producciones con calor durante el verano y como es habitual en nuestros materiales con todas las cualidades que la hacen apta para una potencial recolección mecanizada”, explica José Guirado, responsable de desarrollo de brásicas de Seminis.
Perspectivas de cultivo
Calor y brásicas no van de la mano. Muestra de ello ha sido la última campaña de verano que ha ofrecido muy bajos rendimientos debido a la sequía y los episodios de altas temperaturas: “La producción neta por hectárea ha sido mucho más baja esta campaña”, sostiene Guirado. Como respuesta existe un desplazamiento de los productores a lugares más favorables climáticamente y con mejor acceso al agua como en zonas limítrofes a la provincia de Albacete, o bien la búsqueda de otros países para producir en verano como es el caso de Polonia.