La baja producción de kiwi verde en Nueva Zelanda afecta al mercado global ¿qué oportunidades ha generado para otros productores como España?
Efectivamente, después de las inundaciones y problemas climatológicos varios sufridos en Nueva Zelanda, la baja producción afectó a la campaña pasada global. Este año, sin embargo, 2024, su producción en kiwi verde ha sido normal, en una proporción de 40 % verde y 60 % amarillo y su objetivo antes de 2030 es seguir creciendo en amarillo. Esta apuesta por el verde se va mantener en el tiempo, en el Hemisferio Sur no hay capacidad de crecimiento, sólo en Chile y Argentina y el primero se dedica a productos más rentables como la cereza y el segundo… estará en pleno crecimiento si se consolida el cambio de modelo país. La oportunidad para el Hemisferio Norte se queda entonces en la posibilidad de satisfacer la demanda creada por el HS en materia de kiwi amarillo; ante una mayor demanda, una mayor oportunidad de plantar.
¿Crees que el kiwi verde mantendrá su importancia en el mercado a largo plazo?
La inclinación hacia un kiwi u otro es cuestión de oferta y demanda, el kiwi verde siempre va a tener su demanda, su público, su utilidad, pero el amarillo y el rojo son una nueva fruta para un nuevo consumidor. Son kiwis los dos, pero primos lejanos, el verde es medicinal y el amarillo es hedonismo, puro placer de comer una fruta con sabor.
En términos de calidad y sabor, ¿qué posicionamiento tiene el kiwi verde producido en España en relación al kiwi de otros países, como Nueva Zelanda o Italia?
Se trata de la misma variedad plantada en diferentes latitudes y, por tanto, con diferentes mineralizaciones de suelo. El kiwi de España, por cercanía al consumo y ubicación de la producción está entre los mejores del mundo. Lo demuestra la permanente demanda que tenemos, no sólo del territorio, sino del continente americano. Tenemos que plantar más verde, también, para satisfacer la demanda local y no importar de terceros países y poder exportar a los países demandantes.
A largo plazo, ¿cuáles son las perspectivas para el kiwi español en el mercado global, y cómo planean aumentar la competitividad de su producto?
Tenemos suelo, ubicaciones , demanda y posición logística como para producir lo mismo que Italia (200 MK) o Grecia (350 MK), es cuestión de inversión y de tener el foco en el producto. Claramente el consumo crece a dos dígitos en amarillo por el nuevo consumidor, pero el verde no decrece como hacen otras categorías, con lo que, si seguimos apostando por cercanía, dulzor, comodidad en consumo, seguiremos desarrollando nuevas variedades y llegaremos también en amarillo a esos 3,9 kilos persona año que se consume en verde.
Respecto a su empresa, ¿qué novedades o inversiones tiene previstas para el próximo curso?
Nuestro reto es que las plantaciones que tenemos en el Consorcio OKIWI bajo la marca KIBI sean más adultas, produzcan lo suficiente para que estabilicen gastos con ingresos y podamos seguir con el proyecto de aumentar hectáreas. Cada año las perspectivas son mejores, el hueco en el lineal lo vamos cogiendo y los precios de retorno acompañan.