Proyecto
Cooperativa La Palma acelera en su proceso de ‘3S+D’, sabor, saludable, sostenible y digital, con el objetivo de tener sensorizadas y monitorizadas sus explotaciones en 2025. Así lo ha anunciado su presidente, Pedro Ruiz, que califica de prioritaria la “producción de alimentos con menos recursos”, además de la diferenciación en “sabor premium”, con marcas reconocidas como Adora, Amela y Murice. “Mediante nuestra App, el agricultor tendrá los datos en tiempo real para optimizar la toma de decisiones” y “monitorizar las plagas, analizando todos los datos”, asegura.
La entidad ha invertido en torno a 1,5 millones de euros para ampliar sus instalaciones de Motril en 5.000 metros cuadrados, apostando por una línea de automatización para optimizar la confección de 2 millones de kilos de tomate. “Es una línea autosuficiente en la cadena eléctrica, la mecánica y el mantenimiento”, que incorpora 200 nuevos trabajadores, que se suman a los actuales 1.200, más otros 700 en fincas. Estas instalaciones se añaden a otros 10.000 metros cuadrados que posee La Palma, especializadas en pepino holandés, además de tres puntos de acopio de producto en Albuñol, Vélez y Catell de Ferro, y otros dos en la zona norte, en Andújar y en Arenas del Rey. Y, tienen en mente seguir creciendo en Motril por “las posibilidades que ofrece este terreno”.
Con las nuevas instalaciones, La Palma da un salto cualitativo y cuantitativo en sostenibilidad, reduciendo el desperdicio alimentario, ofreciendo una alternativa a productos que serían rechazados en el supermercado por la forma, tamaño o color, para su uso en el segmento de IV y V Gama. Para ello, ha dedicado 2.500 metros cuadrados de sus nuevas instalaciones en el que elaborar “gazpacho, salmorejo, salsas y nuestra hamburguesa vegetal, que está hecha de tomate”, señala Ruiz. Con ello, La Palma obtiene un importante ahorro en las mermas comerciales, así como unos ingresos extra por estos productos.
«La entidad ha invertido en torno a 1,5 millones de euros para ampliar sus instalaciones»
Estas nuevas instalaciones también albergan un laboratorio para garantizar la seguridad alimentaria, analizar las cualidades organolépticas, así como los suelos y el agua, un servicio que les da autonomía y les permite no depender de laboratorios externos.
Competencia
Aunque el cherry sigue siendo el tomate más importante para la cooperativa, Ruiz reconoce que han disminuido su producción debido a la creciente competencia marroquí, “aunque en La Palma mantenemos un volumen importante de cherry”. Para luchar contra ello, apuestan por la innovación y el sabor como factores diferenciadores “aportando valor en el lineal y al consumidor”, logrando un mayor precio para el agricultor.
Respecto a Países Bajos, Ruiz apunta que las señales indican que recuperarán la producción y su tomate coincidirá de nuevo en el calendario con el español, lo que, sumado al de Marruecos, podría hundir los precios, pero nada es seguro y “habrá que esperar a enero de 2024 para verlo”.