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Casi un año después del fatídico incendio (23 de julio de 2022) ocurrido en Mercamadrid que afectó a nada más y nada menos que a 11 empresas mayoristas de frutas y hortalizas, visitamos a probablemente la más afectada, Grupo Guerrero, para conocer en qué situación se encuentra. “Lo perdimos todo; teníamos allí todos nuestros puestos de venta y un valor estimado de género de más de 300.000 €, vimos todo lo que habíamos construido reducido a cenizas, fue muy doloroso”, detalla Antonio Guerrero, su director comercial, quien señala que, de momento, por parte de las aseguradoras solo han cobrado una insignificante indemnización.
Guerrero denuncia que las obras de reconstrucción de los puestos no han avanzado lo suficiente y dudan que estén listas para la fecha prevista, mediados de agosto de este año. “Y nosotros necesitamos al menos dos meses para la adecuación por nuestra parte (la cual esperábamos que Mercamadrid la hubiese realizado)”.
Gracias a la solidaridad inmediata que se despertó entre los mayoristas y la labor de intermediación de Asomafrut, además de su lucha diaria y de la plataforma de afectados, que ha estado velando por los intereses de las empresas perjudicadas desde el incendio, han podido seguir adelante con el mismo personal y reubicados en cierta medida, pero ni de lejos han recuperado el nivel de negocio que tenían de forma previa al incendio. “Estamos trabajando en condiciones precarias y lo estaremos hasta que tengamos nuevos puestos porque toda nuestra venta es física”, manifiesta Guerrero.
Antonio Guerrero considera que por parte de Mercamadrid no funcionaron correctamente los sistemas de seguridad, y el incendio no tendría que haber tenido las consecuencias que al final tuvo.
«No hemos tenido las ayudas que nos aseguraron que tendríamos por parte de organismos oficiales»
Un antes y un después
Para todas las empresas afectadas hay un antes y un después al día del incendio, “y no hemos tenido las ayudas que nos aseguraron que tendríamos por parte de organismos oficiales”.
Este año se ha celebrado el 40 Aniversario de Mercamadrid, y en todos estos años no ha ocurrido nada tan importante y “doloroso”, como el incendio del 23 de Julio del 22.
“Este fatídico acontecimiento creo que ha sido lo suficientemente difícil, como para que, por parte de Ayuntamiento, Mercasa y del propio Mercamadrid, se hubieran volcado en ayudar a las empresas afectadas en todos los aspectos y sin límites”, detalla Guerrero.
Para Guerrero los años 2022 y 2023 los tienen que borrar del calendario, esperando que en el año 2024 puedan empezar “a renacer de sus cenizas”.