Artículo extraído de Plataforma Tierra y realizado por Francisco José Castillo Díaz, analista de Plataforma Tierra
Tal y como indica Eduardo Moyano las protestas en el sector agrícola y en el mundo rural son un rasgo típico del mismo. Todo ello busca hacer visible a la sociedad el malestar que padecen los agricultores y los ganaderos. Como ejemplo reciente en nuestro país, basta recordar el lema ‘Agricultores al Límite’ que se coreaba en las protestas del campo español poco antes de que estallase la pandemia.
En el punto de mira
En la última semana han aumentado las tensiones en Francia debido a las protestas de los productores agrícolas de este país. En resumen, su descontento surge por el aumento de los costes de producción y la reducción o estabilidad de los precios de origen, lo cual resulta en una disminución de los beneficios económicos, si es que ya obtenían algún beneficio.
Los productores primarios ven reducido su margen de beneficio año tras año
Algunos productores se encuentran en una situación límite, experimentando pérdidas económicas a lo largo del tiempo. Además, en los últimos años se ha endurecido la política medioambiental europea, lo que ha generado mayores obstáculos para llevar a cabo las tareas de producción, algo que los productores reclaman.
También ha llevado a que algunos dirigentes franceses, como el primer ministro Gabriel Attal, en un discurso, indiquen: «No es normal que haya países vecinos que puedan utilizar ciertos productos fitosanitarios que vosotros no podéis«.
Las declaraciones indicadas hacían referencia a las importaciones francesas desde Italia o España, entre otros países intracomunitarios. Sin embargo, el primer ministro francés no ha tenido en cuenta que existe un reglamento común de la Unión Europea sobre el uso de productos fitosanitarios, normativa que debe ser respetada por todos los Estados miembros de la UE.
La producción de los productores europeos tiene cada vez más trabas
Es cierto que cada Estado miembro tiene la potestad de establecer más restricciones que las impuestas de manera comunitaria. Esto se podría reflejar en variaciones en el índice de riesgo armonizado de plaguicidas de la Unión Europea, el cual es un indicador que mide la peligrosidad de las sustancias activas utilizadas en cada país miembro.
Sin embargo, los últimos datos publicados por la Unión Europea indican que Francia tiene un índice de riesgo armonizado de plaguicidas más alto que algunos de sus principales proveedores de productos agroalimentarios.
En Francia pasan cosas
Realizando un repaso de los principales proveedores agroalimentarios de Francia en 2022, se identifican algunos socios comerciales que no son «vecinos». Entre los 20 principales proveedores se encuentran territorios como Brasil, Marruecos, Australia, Argentina o Costa de Marfil, entre otros.
Entre los 20 primeros proveedores agroalimentarios de Francia existen varios países externos a la Unión Europea
Analizando las importaciones francesas de hortalizas y frutas, se observa que Marruecos ocupa la tercera y cuarta posición en los citados rankings. La normativa laboral y las condiciones de producción de algunos de los principales proveedores agroalimentarios difieren de las que se obtienen en Francia y en el resto de los Estados miembros.
En algunos casos, esto otorga beneficios a los productores extranjeros en comparación con los productores nacionales, lo que resulta en precios más competitivos para los productos importados. Los países extracomunitarios no implementan las “cláusulas espejo”, por lo que compiten en unas mejores condiciones.
Marruecos es el tercer suministrador de verduras de Francia y el cuarto de frutas
La situación ha llegado a tal magnitud que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunirá con Ursula von der Leyen para tratar la crisis en el sector agrícola y las medidas de acompañamiento que demandan los productores primarios. Además, planteará la derogación de la obligación de que los agricultores dejen un 4 % de sus tierras sin cultivar para cumplir con los requisitos de la PAC.
Además, de tratar los avances del acuerdo Mercosur o, realmente, darle la puntilla final. Es importante recordar que Francia no es partidaria de su firma debido a que podría inundar el mercado con productos agroalimentarios que compiten en condiciones desiguales. Sin embargo, resulta sorprendente considerando que en 2022 Brasil fue el sexto proveedor de alimentos de Francia.
Diálogo frente al caos
No se puede negar el poder que tiene el sector primario, como se ha mencionado anteriormente, hasta el punto de que uno de los principales líderes de Francia se preocupe por la situación. La mentalidad cooperativista que caracteriza a los agricultores y ganaderos hace que todo el sector se una para expresar sus demandas.
Como sugiere Eduardo Moyano no todos los productores se encuentran en la misma situación, lo que conduce a una diversidad de situaciones y a numerosas demandas. Los subsectores agrícolas y ganaderos sufren problemas coyunturales distintos entre sí, por lo que no todos los productores primarios se ven afectados por la misma crisis de precios. Mientras tanto, los grandes agricultores y ganaderos generalmente gozan de mejores condiciones y mayor productividad. Sin embargo, la gran mayoría del sector primario está compuesta por pequeñas y medianas explotaciones agropecuarias, que son las más perjudicadas por las crisis de precios y costos.
Algunas publicaciones afirman que las pequeñas y medianas explotaciones son reacias a adoptar nuevas técnicas de producción. Sin embargo, como en muchas situaciones de la vida, esto depende. Por ejemplo, en España, las tecnologías digitales innovadoras se utilizan moderadamente en las explotaciones de pequeña y mediana escala.
No todos los productores tienen las mismas demandas
En ocasiones, la política agrícola se adapta a las condiciones generales del sector, pero en otros casos, no aborda adecuadamente los problemas específicos, lo que no ofrece una solución integral.
La solución a la problemática del campo requiere unidad, diálogo y conocimiento. En este diálogo, es necesario comprender que las medidas legislativas deben adaptarse a las necesidades de cada subsector. No tiene sentido aplicar medidas generalistas que no resolverán los problemas y empeorarán la situación ofreciendo soluciones a medias.
Además, es necesario mejorar la comunicación sobre la realidad actual del sector primario. Por ejemplo, en muchas ocasiones, se transmiten mensajes negativos inciertos, lo que lleva a castigar a todos los agricultores y ganaderos por igual.
Y, por supuesto, también se necesita innovación. El uso de nuevas tecnologías puede mejorar la productividad y reducir los costos de producción.
La solución pasa por unión, diálogo, conocimiento e innovación