La empresa, con sede en Pulpí (Almeria), fue fundada hace casi 40 años por Francisco Belmonte Navarro y Bartolomé Soler Coronado, con el objeto de producir, manipular, comercializar y distribuir verduras y hortalizas. Ahora, la segunda generación ha decidido dar entrada a un socio financiero para hacer impulsar el crecimiento de Agrupapulpi, que exporta más de la mitad de lo que produce en sus fincas de Almeria, Murcia y Granada.
Con una plantilla de unos 1.000 empleados y una facturación cercana a los 65 millones de euros, el grupo tiene un beneficio de explotación o Ebitda de algo más de 10 millones. Según las mismas fuentes, Magnum Capital Industrial Partners va a pagar entre 80 y 90 millones por tomar una mayoría amplía del capital de Agrupalpi, que seguirá en manos de los gestores actuales.
Corcóstegui ocupó el cargo de consejero delegado y primer vicepresidente de Banco Santander, donde supervisó la fusión entre el banco y Banco Central Hispano en 1999
Enrique de Leyva, el socio de la firma de capital riesgo que ha liderado la adquisición, se ha impuesto a ProA Capital, uno de los diez pretendientes que más interesado estaba en comerse Agrupapulpi tras haber tomado el control de Fruselva -fabricante de zumos y purés de frutas y verduras- y de Moyca -empresa murciana de uvas sin pepita- en 2016 y 2017, respectivamente.
Precismanete, ProA Capital, liderada por Fernando Ortíz, tiene conversaciones avanzadas para hacerse con Bollo International Fruits, el primer productor de melones de España, propiedad de la familia Vercher Company. Según distintas fuentes, esta empresa, que tiene un beneficio operativo de unos 20 millones, está valorada en cerca de 150 millones. Los empresarios valencianos se pagaron un dividendo de 53,77 millones de euros en su último ejercicio fiscal 2017-2018.
Abono financiero para el campo
Estas operaciones son solo una muestra del boom que vive el sector hortofrutícola, que está siendo objeto de deseo de numerosas firmas de ‘private equity’. A finales de enero, Abac Capital, la sociedad dirigida por Oriol Pinya, compró Agroponiente, una empresa dedicadas a las subastas de productos agroalimentarios para los grandes grupos de distribución. El importe de la transacción no se reveló, pero el grupo con sede en El Ejido (Almeria), con una plantilla de unas 2.000 personas, estaba valorado en unos 50 millones.
En 2017, Cinven tomó un «porcentaje mayoritario» de la empresa navarra Planasa, un «gigante» del sector hortofrutícola al que se tasó en torno a los 450 millones de euros. La operación generó un enorme interés en el sector financiero, como demuestra las ofertas que también presentaron fondos internacionales como Bain Capital y CVC Capital Partners. Cuando cerró la compra, Cinven destacó el potencial de crecimiento del segmento de frutos rojos, la experiencia de Planasa en el lanzamiento de productos de valor añadido y de alta calidad y sus perspectivas de expandirse a nivel internacional como factores que han influido a la hora de apostar por esta inversión.
Pero el pionero en oler este potencial en el campo fue Miura, que en 2016 se hizo con un paquete relevante de Martinavarro, el primer fabricante español de cítricos. El pasado año se fusionó con la onubense Rio Tinto para crear el mayor grupo productor de naranjas de Europa.
Fuente: www.elconfidencial.com